viernes, 3 de julio de 2009

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [XI]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, pp. 179-182.

8.10 LOS DEBATES EN LIMA Y EN EL CONGRESO

El tema de Juliaca empezó a tocarse en el Parlamento a partir del 2 de noviembre. Aquel día, en la Cámara de Diputados los hermanos Cáceres denunciaron el envío de “cientos de policías” a Juliaca. En aquella jornada, los hermanos Cáceres, sindicados como gestores del movimiento negaron su participación y señalaron que “el afán separatista de Juliaca es el fruto del abandono”, “No es un movimiento político ni personal. Es un clamor general de un pueblo abandonado”, dijeron. En sus intervenciones cuestionaron duramente al Poder Ejecutivo al cual acusó de enviar destacamentos policiales en lugar de funcionarios del Ministerio de Fomento.

En la noche del 4 de noviembre de 1965, en una acalorada intervención los representantes independientes por Puno, hermanos Róger y Néstor Cáceres, responsabilizaron de estos luctuosos resultados al titular de Gobierno, y anunciaron que plantearan una censura. Ante esto, la coalición APRA-UNO demandó un informe inmediato del Ministro Alva Orlandini sobre estos acontecimientos.

La Cámara de Senadores también planteó que el “Ministro de Gobierno y policía enviara a la Cámara Alta una exhaustiva información sobre los infortunados acontecimientos ocurridos en Juliaca”.

El Poder Ejecutivo también se ocupó de este hecho el día 5, pronunciándose en contra de la medida de fuerza adoptado por el pueblo sanromino. “El Ministro de Educación, José Navarro Grau, responsabilizó ayer (es decir el 5 de noviembre) a los hermanos diputados Róger y Néstor Cáceres Velásquez y al Alcalde de Juliaca Luis Cáceres, de lo disturbios ocurridos en la zona, que fueron el principal tema de discusión en el Consejo de Ministros realizado ayer (5 de Nov.) en Palacio de Gobierno”.


a) Versión del Ministro

Cuatro días después de la masacre al pueblo de Juliaca, el Ministro Javier Alva, a petición de los parlamentarios, concurrió a la Cámara Baja en donde no pudo convencer con su interesado relato. La exposición del Ministro tuvo una duración de más de dos horas y empezó haciendo un recuento cronológico de lo sucedido. He aquí algunos de sus argumentos:

- Expresó que, cuando llegó a Juliaca, intentó por todos los medios hallar solución al conflicto, “Sólo encontré intransigencia”, dijo una y otra vez.
- Reveló que en la asonada se pretendió secuestrar n sólo al Presidente de la Cámara de diputados, sino también a los Ministros de Estado.

- Señaló “que todo parecía demostrar que se había preparado cuidadosamente la violencia” por elementos extremistas venidos de Arequipa, Cusco y Puno.

- Manifestó “que la multitud encabezado por el alcalde Luis Cáceres Velásquez, intentó asaltar la Comandancia, utilizando petardos de dinamita y armas de fuego”; según el Ministro “fue entonces que se decidió apresar al Alcalde y a otros dirigentes”.

- Informó que murieron 3 personas: Santiago Madani, Patricio Quispe y Mariano Pandia.

- Que 26 civiles, 11 guardias civiles, dos del Ejército y dos de la Guardia Republicana fueron heridos.

- Reveló que hay 16 detenidos encabezados por el alcalde Luis Cáceres, los mismos que habían sido puestos a disposición de la III Zona Judicial de Policía de Arequipa.

- Ofreció como pruebas bombas “molotov”, botellas, cascos abollados, botas perforadas y fotografías.

- Justificó la actitud de la policía y el ejército. “La policía actuó valerosamente”, sentenció.


b) Argumentos de los diputados Cáceres

Juliaca, fervorosamente empezó a cuestionar al Ministro a través de Néstor Cáceres y secundado por su hermano Róger.

Néstor hizo una explicación del panorama histórico y social en que vivía el departamento y ubicó la medida dentro de ese contexto, afirmando que aquella rebeldía fue una “expresión de lucha social entre las masas ansiosas de progreso y justicia y el gamonalismo que se aferrada ciegamente a sus privilegios”. Con gran energía sostuvo lo siguiente:

- Calificó la actitud calcetera como un MOVIMIENTO CIVICO y como una expresión multitudinaria, unánime del pueblo de Juliaca.

- Negó la intervención de gente foránea o de infiltrados comunistas.

- Lo que ocurrió los días 4 y 5 fue “una sangrienta represión propia de las dictaduras que la Alianza AP DC censuró” y en donde la población civil fue cruelmente vejada.

- Negó que la población civil haya utilizado dinamitas, bombas “molotov” y armas de fuego. “Ni un solo policía recibió e impacto de una bomba”.

- Sostuvo que la sangre derramada era “la peor censura al Ministro de Gobierno”.

- Puso en duda e hizo quedar en ridículo las pruebas ofrecidas por el Ministro Alva Orlandini, de quien dijo:

“El ministro ha hecho informaciones al aire”. “El señor Ministro de Gobierno ha exhibido una serie de fotografías... yo creo que ni a una vedette se le ha fotografiado tanto como a ese único carro que fue incendiado. (Aplausos). Se le ha tomado, señor Presidente, de atrás, de adelante, por los costados, levantándolo con las ruedas hacia arriba, en buena posición”. “El señor Ministro se ha olvidado mostrarnos fotos de los caídos, de los muertos, de las decenas de heridos, de eso sí se ha olvidado premeditadamente el señor Ministro”

Cuando el reloj del Congreso marcaba las 11.30 p.m., se suspendió la sesión.

Al día siguiente, el 9 de noviembre, continuó el debate, esta vez fue Róger Cáceres el principal protagonista que cuestionó al Ministro y al régimen. Róger, en su encendido discurso de casi cuatro horas responsabilizó al Ministro de los hechos acaecidos en Juliaca y planteó un voto de censura contra él. Con voz estentórea dijo:

- “Que cese ya esta brutal represión. Que se libere a los detenidos!”

- “América y el Mundo conocerán toda la verdad de esta trágica historia de un pueblo noble”.

- Calificó de “argumento barato y gratuito” el ofrecido por Alva sobre infiltración comunista.

- Afirmó que el movimiento de Juliaca fue preparado a la luz del día y no “clandestinamente como caprichosamente dice el Ministro”.

- Señaló que el Alcalde fue “pateado, vejado y maltratado en la forma más miserable”. Juliaca pidió Justicia y el Ministro le dio metralla.

Fueron tan duros los ataques al Ministro que varios diputados de Acción Popular protestaron a grandes voces. Díaz Orihuela culpó a los Cáceres y que Juliaca era víctima de sus engaños, negó que Juliaca esté abandonada y leyó varias obras que Oscar Cáceres realizó por más de 20 millones de soles, reveló que los 29 desaparecidos no estaban muertos sino detenidos en el cuartel y que ya estaban libres.

En el fragor del agrio y prolongado pugilato verbal Acción Popular llegó a anunciar que platearían el desafuero de los hermanos Cáceres. Esta actitud provocó una gran silbatina al mismo tiempo que sirvió de indicador de que los argumentos gobiernistas estaban en crisis.

En la noche del miércoles 10 de noviembre se reanudó la polémica. La coalición APRA UNO, que debía plantear un voto de censura al Ministro se abstuvo de hacerlo, pero abrió las puertas de una renuncia voluntaria. Villanueva rindió homenaje al pueblo de Juliaca por haber caído por protestar. En esa ocasión se presentó un proyecto de ley de amnistía a los detenidos.

Cuando los argumentos del oficialismo estaban agotados surgieron voces de reconocimiento a la actitud de Juliaca, y se hizo entrever que al Ministro se le debía disculpar por aquella inatinada actitud. A las 3 de la madrugada del 11 de noviembre, Javier Alva Orlandini, se mantuvo a la ofensiva y replicó los ataques que había sufrido en los más de 4 días de debate. A los Cáceres llegó a decirles que son unos “cínicos”, “demagogos”, “mentirosos”, “falsos”. No acept´la propuesta de perdón y reiteró que asumía plenamente su responsabilidad y también por la actuación de la Guardia Civil; con tono enérgico aseveró: “¡Ni la Guardia Civil ni el Ministro son Cobardes!”.

En sesión matinal, el día 12 continuó el debate. Luego de un acalorado conato verbal, a la una de la mañana del día 13 de noviembre de 1965 fue aprobado el proyecto de amnistía a los detenidos. El Ministro no llegó a ser censurado.

Así culminó una de las sesiones más prolongadas y apasionantes del Congreso y que tuvo por tema central a la capital de la Provincia de San Román.


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