sábado, 23 de febrero de 2008

TRICITAXIS

En nuestra, ciudad, el triciclo es un vehículo incorporado al servicio de transporte de pasajeros y carga. Los conductores son llamados triciclistas. El triciclo no es un invento juliaqueño pero su construcción y abundancia es debida a nuestros metalmecánicos. Su presencia es muy notoria, pues encontramos una gran cantidad circulando por las calles de Juliaca.
En 1998, Hugo Apaza hizo la siguiente afirmación cuando enumeraba elementos representativos de nuestra Ciudad:
“Los triciclos o vehículos de tres ruedas con neumáticos, son una especie de potros de hierro, especialmente acondicionado para transportar cargas y/o pasajeros, y son conducidos por fornidos hombres de ascendencia kolla.
Los trici-taxis son utilizados como expresos humanos porque ofrecen comodidad y amenidad durante el viaje por las calles, avenidas y plazas de Juliaca. El paseo es económico y se la puede tomar en cualquier lugar porque hay más de 20.000 de estas unidades que están circulando por toda la ciudad” (1)
Precisamente, la posibilidad de ofrecer un transporte muy económico, con precios sin competencia, le permite ser elegido por la población. Podemos agregar tres fortalezas más: 1) Su tamaño le permite una inmejorable movilidad haciendo posible la pronta llegada al destino deseado; 2) El servicio especializado sólo para carga o sólo pasajeros; y, 3) Disponible en casi cualquier lugar y diecisiete horas aproximadamente por día (desde 3.am hasta medianoche mas o menos).

No hay mucho problema cuando transporta carga, tal vez, sólo el precio mucho más alto. Sin embargo, cuando se transporta personas, el hecho de viajar al aire libre es una desventaja porque se está expuesto al daño y desprotegido frente a cualquier accidente. Puede ocurrir que, en la colisión con un vehículo automotor, el pasajero de turno salga impulsado del triciclo y termine herido o muera.

Pero su popularidad todavía no es superada. Incluso el mototaxi no le hace la competencia en la preferencia del público. Puedo corroborar esta afirmación con lo que presencie hoy. Sucedió cuando estaba en la puerta de un banco y mientras esperaba su apertura. Una mayoría de sus empleados llegaba en triciclos, alcanzaba la moneda correspondiente al triciclista y descendía apuradamente. Lo mismo hacían los usuarios que llegaban.

Termino señalando que posee una evidente ventaja frente a los vehículos quemadores de combustible en la contaminación del aire. Esto último lo hace un vehículo ecológico porque su movilidad es completamente mecánica, impulsado sólo por las extremidades inferiores de los triciclistas.

(1) APAZA QUISPE, Hugo. “Temas Históricos de Juliaca”. Ed. del autor. Juliaca. 1998. p. 238

lunes, 18 de febrero de 2008

DICEREs

A una semana de terminar con nuestra fiesta de carnavales me ha quedado una sensación de vacío. Según se dice es una de las más prolongadas o la más prolongada. Personalmente, me pareció uno de los más insufribles, aburridos y olvidables.

No creo ser el único que apreció que en estos carnavales algunos grupos de danzas se dedicaron a gastar dinero en exceso, junto a la entrega del vicio de la región Puno: emborracharse con la cerveza (los grupos de Morenada, sobre todo, han sido campeones en esto), y la absoluta apatía en los movimientos mostrada por los bailarines de varios grupos (más los de caporales).

En la nota anterior reseñe una anécdota acaecida en el concurso Tokoro de Oro y esa tal vez sea la única actividad donde Juliaca disfrutó de sus carnavales. Para mi gusto es el único concurso que debe mantenerse.

No debe olvidarse que la única fiesta que tiene marca juliaqueña se realiza el 20 de enero. Lástima que a los nuevos juliaqueños les interese más imponer sus nuevas adquisiciones culturales. Eso es lo que me molesta de ese asentamiento de la población migrante. Por eso no lo sentí en el corazón ni me causó la gran alegría que trae los carnavales.

sábado, 9 de febrero de 2008

DEMOSOFÍA

Acabo de participar en el Concurso de Danzas "Tokoro de oro", organizado por los Machuaychas de Juliaca, uno de los tanto eventos por los carnavales en nuestra Ciudad. En esta activida fui testigo de la empatía del público con uno de los grupos de danza y la antipatía del mismo público con el Jurado del concurso.


Esa reacción sucedió únicamente con los Caporales José Inclán. El Jurado les había otorgado un puntaje de 85, por supuesto, luego de que realizarán una coreografía agradable para el público y en el tiempo previsto en las Bases del concurso. Inmediatamente anunciado el puntaje por el presentador se oía desde la tribunas los silbidos y abucheos. Se hizo más evidente cuando el presentador reclamaba la presencia de la policía para proteger al Jurado. Al final ganó el grupo del pueblo (recibió el Sombrero de oro) sólo en su serie, pues el ganador del evento fue la Poderosa Morenada Central.


El Concurso Tokoro de oro se realizó en un ambiente natural. Los cerros Santa Cruz y Waynaroque fueron las tribunas y el escenario debidamente acondicionado (pavimentado) en el Waynaroque. Precisamente esta peculiaridad es la que permite apreciar el desenvolvimeinto de los bailarines desde todos los ángulos. Lo que le brinda al público tener una visión completa y manifestar un mejor juicio.