miércoles, 8 de julio de 2009

VICENTE BENAVENTE CALLA: OUR SOLE POET

Vicente Benavente Calla (1926-2009), teacher at primary school and journalist, considered the foremost poet of Juliaca. He achieve local fame, published his first poems when he was twenty-eight years old.

During his lifetime, Benavente wrote six books of poems, Julia (1954), Vientos de Amor (1962), Cinco poemas para mañana (1965), Mural de latidos (1974), Cantos encendidos (1976) and Raíces del viento (1997), attracted much attention his identified himself with Juliaca city.

All his life, Benavente dedicated himself to the promotion any cultural societies. He is founder in the Asociación Cultural Xullaca, Centro Federado de Periodistas, Agrupación de Tokoros y Pinkillos Los Machuaychas and Asociación de Instituciones Pandilleras de San Román. Aside from organize the famous II Juegos Sur Peruanos de Poesía (1967), he is an announcer of the program Altura Poética in Radio Juliaca (1959-1963).

VICENTE BENAVENTE CALLA

Por René Calsín Anco

Fuente: CALSIN ANCO, René. Personajes juliaqueños, Offset Perú S.A., Juliaca, 1996, pp. 25-28

DE LINAJE CALCETERO

El poeta y maestro Fermín Vicente Benavente Calla, es hijo de Juan Benavente y Silverio Calla, advino al mundo en Juliaca, el 11 de marzo de 1926, en el mismo año de la creación de la provincia de San Román. [Ha fallecido el 4 de julio de 2009 en Juliaca]

SUS ESTUDIOS

El Colegio Franciscano San Román alumbró sus primeros pasos, luego el San Carlos de Puno y el Guadalupe de Lima. Los estudios superiores los siguió en la escuela Normal de Pucará. Reforzó sus estudios en el Instituto de Perfeccionamiento Nacional, en la UNAS de Arequipa, en la Pontificia Universidad La Católica y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ostenta varios títulos sobre educación y uno de periodista.

LABOR DOCENTE

En 1995 cumplió sus bodas de oro magisteriales, puesto que en 1945 emprendió la docencia en Calapuja. En 1949, retornó su tierra, en donde forjó generaciones en diversos niveles educativos. Ha sido docente del Glorioso 1121, del Colegio San Román, de la Universidad Particular “Tupac Amaru”, de la Escuela Normal Mixta de Juliaca (hoy pedagógico), de la ESEP y, actualmente, se encuentra al frente del Instituto Superior Tecnológico “Miguel de San Román”. Fue dirigente provincial, departamental y nacional de los docentes.

EL POETA

En su mocedad afloró la inquietud por la poesía, luego de sus primeros tanteos, en 1949, talló sus versos que forman parte de su obra. Ha publicado: “Julia” (poema de 7 estancias), en 1954; “Vientos de amor” (antología), en 1962; “Cinco poemas para mañana” (mensaje cholo), en 1965; “Mural de latidos” (como una lágrima para todas las horas), en 1974; y, “Cantos encendidos” (pregón calcetero), en 1976. Otros poemario esperan ser publicados, como: “El aire desbordado”, “Imagen del alba”, “Páginas del agua”, “Canto a las horas de noviembre”, “Golondrina ensortijada”, Memorial del hambre” y “Marcha de sacrificios”. Ha incursionado con sobriedad en el ensayo, la narración y el teatro.

EL PROMOTOR CULTURAL

Además de su basta obra, edita e inédita se distinguió por participar, promover y organizar certámenes literarios y artísticos. Ha sido uno de los fundadores de la Asociación Cultural Xullaca, del Centro Federado de Juliaca, base de la Federación de Periodistas del Perú, de la Agrupaión de Tokoros y Piquillos de los Machu Aychas y de la Asociación de Instituciones Pandilleras de la Provincia de San Román.

Luego de participar en el I Festival de la Poesía Peruana, en 1957, hizo posible el arribo a esta ciudad de 5 renombrados vates. En 1967, fue el organizador del mejor certamen literario, los II Juegos Florales Surperuanos de Poesía. Dirigió el primer programa cultural, “Altura Poética”, que se irradió por Radio Juliaca, de 1959 a 1963. Además, colaboró en casi todas las publicaciones calceteras del último medio siglo y en otras de nivel nacional.

LA POESIA DE BENAVENTE

Vicente Benavente es el que más ha esculpido versos en, sobre y para Juliaca. Su poesía está nutrida de ambiente calcetero e impregnado del sentimiento emprendedor de sus pobladores. Desde los tiempos renovadores del Rijcharismo, es testigo de nuestra historia y actualmente es el máximo exponente del pensamiento calcetero. Recientemente, la Fundación “Los Hijos de la Lluvia” publicó “Cinco poemas para mañana, mensaje cholo ... Treinta años después”, por la importancia de la poesía de Vicente
Benavente

Juliaca de duelo por muerte de poeta

Fuente: CORREO PUNO
http://www.correoperu.com.pe/correo/nota.php?txtEdi_id=18&txtSecci_parent=0&txtSecci_id=61&txtNota_id=89237


PUNO 07 DE JULIO DE 2009

Autoridades, instituciones, organizaciones y pueblo en general rindieron un homenaje póstumo al poeta Vicente Benavente Calla, quien dedicó gran parte de su vida a fortalecer la identidad cultural de Juliaca.

Tras el homenaje póstumo y la misa de cuerpo presente, los restos del destacado poeta juliaqueño fueron sepultados en el cementerio Central de Juliaca, siendo acompañado a su última morada por más de mil pobladores.

Mediante un Decreto de Alcaldía, la Municipalidad Provincial de San Román declaró duelo local en la ciudad de Juliaca el 6 y 7 de julio por la muerte del poeta Vicente Benavente Calla.

"La ciudad de Juliaca perdió a uno de los hombres que se identificó con su tierra, por ello se declaró duelo local los días 6 y 7 del presente mes", expresó el alcalde David Mamani Paricahua, durante el homenaje que se le rindió en el salón consistorial.

MACHUAYCHAS. La Asociación de Tokoros y Pinkillos "Los Machuaychas", también rindieron homenaje al padre de la poesía juliaqueña.

MURIÓ POETA JULIAQUEÑO VICENTE BENAVENTE CALLA




Este sábado 4 de julio a los 83 años de edad y tras una larga enfermedad que arrastraba y que lo mantenía en un delicado estado de salud, dejo de existir en el Hospital de ESSALUD de Juliaca, el padre de las letras juliaqueñas, el poeta Vicente Benavente Calla. Esta noticia ha conmocionado al pueblo juliaqueño y ha causado un profundo pesar en los intelectuales del ámbito literario puneño.


En estos últimos años su obra estaba siendo revalorada y difundida, y en su última aparición en público, (15 de abril, día del poeta peruano) Benavente recibió el Premio “Carlos Oquendo de Amat” a las letras puneñas 2009, en el género de poesía; de manos de la presidencia de la ANEA-San Román, patrocinado por la Universidad Andina “Néstor Cáceres Velásquez”, la Municipalidad Provincial de San Román-Juliaca y los Grupos editoriales “Hijos de la lluvia” y LagOculto editores.


Por su parte, los Machu Aychas también expresaron su reconocimiento por sus grandes aportes a la cultura de Juliaca, destacando que muchas veces brindó buenos consejos. Por eso se le rindió tributo con melodías propias de la celebración del Carnaval Chico, fiesta en el que Vicente Benavente quedará en la memoria colectiva tocando su tocoro, y con su chalina.


Luego de realizada la misa de cuerpo presente en el templo Santa Catalina, con presencia de familiares, amigos, autoridades y población, los restos del poeta recibieron el último adiós y fueron enterrados el día de ayer en el cementerio central de Juliaca, ciudad que tanto amó y que ahora vigilará por siempre.


*Noticia e imagen extraídas de La silla prestada y el diario Los Andes.
Publicado por LA TORRE DE LAS PARADOJAS a la(s) 10:29

OBITUARIO: Vicente Benavente

Fuente: http://walterbedregal.blogspot.com/2009/07/fallece-el-poeta-vicente-benavente-los.html


Walter L. Bedregal Paz
Editor - Grupo Editorial "Hijos de la lluvia"

En cada puerta hay restos de tus dedos
,sueños con formas de tu rostro,
y una flama que anida en la ceniza
mientras que un fragmento de adiós
duerme en los violines.(P.Orens)
Vicente Benavente Calla, (Juliaca 1926), poeta de la nostalgia, del amor eterno, de olor a su tierra calcetera, del exilio interior, muere en su tierra natal a la edad de 83 años, este sábado 04 de julio, informaron fuentes próximas a su familia.
Tras una larga enfermedad que arrastraba un delicado estado de salud, dejo de existir en el Hospital de ESSALUD – Juliaca. El poeta había sido internado varias veces los últimos tres años. La última vez fue el pasado lunes: Benavente no pudo resistir la soledad que le dejó su amada esposa (Angélica Llerena, fallecida a finales del mes de diciembre del año 2008, tras 50 años de matrimonio).
Poeta ante todo de los sentimientos puros a su lar, a su tierra calcetera, de Chiñipilcos y Machu Aychas, de Cogotudos y Panzacalas, profesor, periodista, ensayista, promotor cultural, el poeta que le cantó a los jardines del viento, “La voz de la poesía juliaqueña”, deja tras de sí, los libros de poesía: «JULIA» (Poemas de 7 Estancias) Tip. Molleapaza, Juliaca 1954, agotada; «VIENTOS DE AMOR» (Antología), Edit. Garcilaso, Cusco 1962, Edición agotada; «MURAL DE LATIDOS» (Como una lágrima para todas las horas), 1974; «CANTOS ENCENDIDOS» (Pregón Calcetero), 1976. Entre sus obras inéditas: «EL AIRE DESBORDADO»; “IMAGEN DEL ALBA”; «PAGINAS DEL AGUA»; «CANTO A LAS HORAS DE NOVIEMBRE»; GOLONDRINA ENSORTIJADA»;»MEMORIAL DEL HOMBRE» Y «MARCHA DEL SACRIFICIO»
También colaboró en muchas ediciones de revistas, destacando como periodista, entre las que podemos nombrar: «Progreso», “Xullaca”, «Orientación», «Calcetera», «Avanzada poética», entre otras. Benavente integró la Asoc. Cultural “Xullaca”, en la cual editó la revista “Xullaca” (1956 – 1957), organizando certámenes literarios en los cuales en una oportunidad invitaron a participar a los poetas Juan Gonzalo Rose, Alejandro Romualdo, Luis Nieto Miranda, Guillermo Carnero y Gustavo Valcárcel. Asociación que delineó en su época para con generaciones posteriores.
Su última obra publicada, la antología de poesía “Raíces del viento” (presentada en las instalaciones del salón Consistorial de la Municipalidad Provincial de San Román el 02 de octubre de 1997, fue aclamada por los estudiosos de su poesía). Juliaca la tierra que lo vio nacer, donde vivió enraisado hace varios decenios fue testigo fiel de los amoríos que tuvo hacía éste su hogar Calcetero, con esa sencillez sin subterfugios que heredó de la raza milenaria: la Kolla, que quedará en el alma de la literatura juliaqueña.
Por ello, el tiempo en ocasiones es el peor enemigo, pero nunca es tarde, menos si queremos y deseamos elucubrar y dar muestras de solidaridad hacia la familia por esta irreparable pérdida, y más para las letras del altiplano peruano.
Antes de su último ingreso, Benavente estaba trabajando en un nuevo libro de poesía, cuyo título provisional era: “Cartas para encontrarme”.
Aunque para él patriarca de las letras calceteras – como se le conocía – era tener lectores y ser querido por una población entera, él, en la ciudad de los vientos, Juliaca, fue reconocido con innumerables galardones.
En el año 2007, se le rindió un merecido Homenaje, en un II Encuentro Internacional de Escritores “Juliaca 2007” que llevó su nombre.
En su última aparición en público, (15 de abril, día del poeta peruano) Benavente recibió el Premio “Carlos Oquendo de Amat” a las letras puneñas 2009, en el género de poesía; de manos de la presidencia de la ANEA – San Román y patrocinado por la Universidad Andina “Néstor Cáceres Velásquez”, la Municipalidad Provincial de San Román – Juliaca y los Grupos editoriales “Hijos de la lluvia” y LagOculto editores.
En cuanto a su mensaje en el corazón del viento, como titula el libro (en su segunda edición, que solo está a la espera de su presentación) en el que están inmersas múltiples voces, con disímiles apreciaciones a su obra, quizá su más cabal presentación o resumen, que hubiera excusado todo lo escrito, éste sencillamente en aquellas palabras que él poeta recreaba de Walt Whitman que cierran sus Cantos de adiós:
Camarada, esto no es un libro.
Quien vuelve sus hojas toca un hombre.

VICENTE BENAVENTE (1926 - 2009)

Fuente: LA SILLA PRESTADA, Blog de Alfredo Herrera Flores
http://lasillaprestada.blogspot.com/2009/07/vicente-benavente-1926-2009.html


La noticia de la muerte del poeta juliaqueño Vicente Benavente, ha generado profundo pesar en el ámbito literario de Puno, pero además en otros espacios, pues su obra había sido revalorada y difundida en los últimos años con especial interés, y él mismo había recibido importantes homenajes.
Uno de los difusores de su obra, Walter Bedregal, escribe en el diario Los Andes, de Puno, una breve semblanza que reproduzco en parte.Vicente Benavente Calla, poeta de la nostalgia, del amor eterno, de olor a su tierra calcetera, del exilio interior, muere en su tierra natal a la edad de 83 años, este sábado 04 de julio, informaron fuentes próximas a su familia. Tras una larga enfermedad que arrastraba un delicado estado de salud, dejo de existir en el Hospital de ESSALUD – Juliaca. El poeta había sido internado varias veces los últimos tres años. La última vez fue el pasado lunes. Benavente no pudo resistir la soledad que le dejó su amada esposa (Angélica Llerena, fallecida a finales del mes de diciembre del año 2008, tras 50 años de matrimonio).
Antes de su último ingreso, Benavente estaba trabajando en un nuevo libro de poesía, cuyo título provisional era: “Cartas para encontrarme”.
Aunque para él patriarca de las letras calceteras – como se le conocía – era tener lectores y ser querido por una población entera, él, en la ciudad de los vientos, Juliaca, fue reconocido con innumerables galardones.
En el año 2007, se le rindió un merecido Homenaje, en un II Encuentro Internacional de Escritores “Juliaca 2007” que llevó su nombre.
En su última aparición en público, (15 de abril, día del poeta peruano) Benavente recibió el Premio “Carlos Oquendo de Amat” a las letras puneñas 2009, en el género de poesía; de manos de la presidencia de la ANEA – San Román y patrocinado por la Universidad Andina “Néstor Cáceres Velásquez”, la Municipalidad Provincial de San Román – Juliaca y los Grupos editoriales “Hijos de la lluvia” y LagOculto editores.

Homenaje: Vicente Benavente Calla

Fuente: http://www.losandes.com.pe/Sociedad/20090706/24220.html


Se fue la historia viva de la tierra de Machu Aychas y Chiñipilcos


Escribe: RICHARD ABSTEN MAMANI Sociedad - 06 jul 2009

El hijo del pueblo, el más querido de Juliaca, tuvo una vida ejemplar por la intensidad con que vivió, amó entrañablemente a su familia, a su tierra y a su trabajo como maestro, amó la poesía, la que practicó desde joven dando lo mejor de si mismo, se interesó en que Juliaca fuera una tierra con identidad cultural. Así se recuerda hoy a un grande de esta tierra.


El poeta juliaqueño Vicente Benavente Calla (Juliaca 1926-2009), quien dejó de existir a los 83 años el pasado 04 de julio, producto de un paro cardiaco. Fue velado desde la víspera, tanto amigos como familiares se despiden de él, pues esta tarde será enterrado en el cementerio central, previo recogimiento póstumo por el gobierno local.

“Del hijo del pueblo, del más querido de Juliaca, sería extenso sintetizar toda su labor, pero podemos decir que tuvo una vida ejemplar, por la intensidad con que vivió, que amó entrañablemente a su familia, a su esposa e hijos, amó también a su tierra, a su trabajo como maestro, amó a la poesía la que practicó desde joven dando lo mejor de si mismo, se interesó en que Juliaca fuera una tierra con cultura mas allá de la orientación comercial, se preocupó por darle identidad y cultura”, señaló Mario Benavente Llerena, hijo del desaparecido maestro.


PADRE EJEMPLAR


El hijo mencionó que don Vicente como padre fue una persona ejemplar, “nosotros desde niños lo vimos inquieto, siempre participando, con una actitud y comportamiento intachables que es reconocido por la población, con una mentalidad positiva, constructiva, tolerante por Juliaca, en la familia fue un padre que siempre daba un consejo oportuno y cariño a su familia”.


Sus obras fueron muchas, pero le escribió fundamentalmente a Juliaca, a las calceteras, a los Machu Aychas, al 1121 (escuela tradicional), a San Román, al amor, a la lucha social; pero, sin duda el poema que más se debe resaltar es “JULIACA”, cuya última estrofa refleja la identidad juliaqueña, al decir: “salud inquietante suelo de risueñas calceteras, cuna de Machu Aychas y Chiñipilcos, música de Cogotudos y Panzacalas”…uno de sus poemas más emblemáticos y solicitados por la nuevas generaciones.


Mario Benavente recordó que su padre (Vicente Benavente) también incursionó en el campo político, en el año de 1981, cuando fue candidato a la alcaldía de Juliaca, por el partido político Acción Popular, pues era amigo de Fernando Belaunde Ferry.


En aquella ocasión quedó en segundo lugar, porque por esas épocas compitió con el bien parado FRENATRACA, pero de todas formas, en medio de la contienda electoral muy intensa, Benavente Calla realizó importantes aportes para el desarrollo de Juliaca.


HOMENAJE PÓSTUMO


La Municipalidad Provincial de San Román, le brindará hoy los honores correspondientes, pues Benavente Calla es una de las personalidades que representa la historia de esta tierra, por ello se le impondrá la bandera de Juliaca, en señal de reconocimiento y como parte del homenaje póstumo que merece.


Según refiere el escritor Walter Bedregal, en su última aparición en público, (15 de abril, día del poeta peruano) Benavente recibió el Premio “Carlos Oquendo de Amat” a las letras puneñas 2009, en el género de poesía; de manos de la presidencia de la ANEA – San Román y patrocinado por la Universidad Andina “Néstor Cáceres Velásquez”, la Municipalidad Provincial de San Román – Juliaca y los Grupos editoriales “Hijos de la lluvia” y LagOculto editores.


ADEMÁS: 1. Antes de su última recaída, Benavente estaba trabajando en un nuevo libro de poesía, cuyo título provisional era: “Cartas para encontrarme”. 2. En el año 2007, se le rindió un merecido Homenaje, en un II Encuentro Internacional de Escritores “Juliaca 2007” que llevó su nombre.

viernes, 3 de julio de 2009

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [XIII]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, p. 184.


EPÍLOGO


Tristes fueron los días vividos por Juliaca del 4 al 15 de noviembre de 1965. Estas jornadas pasaron a la historia con un recuerdo mixto de pena y alegría. De pena porque en el holocausto de las aspiraciones justas, se pagó caro tributo con pérdidas de vidas, sangre, dolor, lágrimas y llanto; alegría y fortaleza porque la monolítica unión del pueblo sirvió para dictar la lección de civismo y también de rebeldía que la opinión del país la ha recibido como aleccionadora prueba de fuego en justa defensa de los derechos de un pueblo sojuzgado por una administración centralista departamental (VUG).

El histórico grito de noviembre de 1965 marcó “el comienzo del fin” de un decadente sistema económico, social y político, en donde los “Qaris” de Juliaca levantaron el brazo empuñado para hacer sentir su presencia en el contexto nacional. Con esta medida se logró conquistas materiales, pero lo más importante es que se llegó a comprender que sólo la unidad puede hacer grande a los pueblos.

No olvidemos que “Son los pueblos quienes forjan su propia Historia y solamente alcanzan a subsistir aquellos líderes y luchadores sociales que llegan a ser los más fieles y leales para con los pueblo que crearon las condiciones favorables para el surgimiento de estos líderes” (Garrote).

Lo real es que hoy tenemos tumbas y héroes surgidos en aquellos aciagos días, pero, quienes dirigieron este movimiento no pusieron n sus muertos ni sus tumbas, porque fue el pueblo el verdadero protagonista de estos luctuosos suceso. Hoy, Juliaca les debe a éstos héroes caídos en plena lucha, grandes monumentos por habernos dado una lección de entrega total por lograr el pleno desarrollo de la Capital de la Provincia de San Román.

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [XII]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, pp. 182-184.

8.11 EL PERIODISMO LOCAL Y NACIONAL

a) Prensa Local

En Juliaca en aquel año venían funcionando 2 estaciones radiales: radio Juliaca y radio El Sol de los Andes.

Radio Juliaca, a través del informativo “La Voz de Juliaca”, que lo dirigía el connotado periodista Víctor Urviola Garrido, y Radio El Sol de los Andes, por intermedio del noticiero “El Pensamiento Andino”, que lo dirigía el reconocido periodista Sergio Dávila Urquiza, asumieron con responsabilidad su papel de orientadores del movimiento popular de 1965.

El día 4 estas emisoras fueron silenciadas violentamente. El Ministro Alva Orlandini, cuando se encontraba en la Cámara de Diputados, al respecto dijo: “Felizmente por ahora y para siempre han sido clausuradas las emisoras que incitaban la revuelta”.

Particularmente Radio El Sol de los Andes fue la que sufrió los mayores vejámenes, pues fue allanado por la fuerza en horas de la tarde, ya que sus periodistas lograron encerrarse en la emisora para continuar orientando a la protesta popular; ante esto, las fuerzas armadas tuvieron que violentar la puerta para acallar a este foco radial que incitaba a la rebeldía. Ante la brutal arremetida armada, sus valientes periodistas allí atrincherados, tuvieron que huir a través de los techos de las viviendas vecinas. A pesar de los intentos de huir no todos lograron fugar, pues algunos fueron atrapados, arrestados y golpeados. Este operativo fue dirigido “por el Comandante Vildoso, quien también, horas antes había arrestado al reportero gráfico de CORREO, Rolando Angeles”.

Estas emisoras estuvieron silenciadas hasta el día 15 de noviembre. El día 16, las dos emisoras volvieron al aire, gracias a que el Juez Instructor, Dr. Ricardo Cortez Chávez, “ordenó que las dos radioemisoras fueran devueltas a sus propietarios ... reiniciaron sus transmisiones con el Himno Nacional”, “Simultáneamente fue puesto en libertad el periodista Sergio Dávila”.

b) Prensa Nacional

Los hechos ocurridos no fueron sucesos improvisados, sino que obedecían a todo un proceso de sistemática marginación para frenar su sorprendente desarrollo, por ello es que el paro decretad no solo tuvo repercusiones locales sino que el Perú entero estuvo observando con preocupación lo que aquí venía sucediendo, esto gracias a los diferentes medios de comunicación de cobertura regional y nacional.

Queremos destacar la presencia del periodista Juan Ramírez Lazo, quien a través de radio Victoria de Lima y su Radioperiódico “EL MUNDO”, en cadena con Radio Selecta, Radio Callao y 42 emisoras en el país informó al Perú entero de los detalles de este inolvidable suceso.

Los medio de comunicación, al enterarse de las intenciones calceteras, inmediatamente prestaron la atención requerida, e incluso enviaron periodistas especiales a fin de que informen desde el lugar de los hechos. Aquí estuvieron periodistas de los siguientes medios de comunicación:

Periódicos de Lima:

- CORREO. Este medio de comunicación informó “Desde el corazón de la noticia” y “Minuto a minuto en Juliaca”. Tuvo por enviados especiales a los periodistas Fidel Méndez Tello y Juan Salas Ocharan.

- LA PRENSA.

- EL COMERCIO.

- EXPRESO.

- CARETAS, Etc.

Periódicos del interior del País:

- CORREO de Arequipa.

- EL PUEBLO de Arequipa.

- CORREO de Huancayo.

- EL COMERCIO de Cusco.

- EL SOL del Cusco

- LOS ANDES de Puno.

- GARROTE de Juliaca, etc.

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [XI]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, pp. 179-182.

8.10 LOS DEBATES EN LIMA Y EN EL CONGRESO

El tema de Juliaca empezó a tocarse en el Parlamento a partir del 2 de noviembre. Aquel día, en la Cámara de Diputados los hermanos Cáceres denunciaron el envío de “cientos de policías” a Juliaca. En aquella jornada, los hermanos Cáceres, sindicados como gestores del movimiento negaron su participación y señalaron que “el afán separatista de Juliaca es el fruto del abandono”, “No es un movimiento político ni personal. Es un clamor general de un pueblo abandonado”, dijeron. En sus intervenciones cuestionaron duramente al Poder Ejecutivo al cual acusó de enviar destacamentos policiales en lugar de funcionarios del Ministerio de Fomento.

En la noche del 4 de noviembre de 1965, en una acalorada intervención los representantes independientes por Puno, hermanos Róger y Néstor Cáceres, responsabilizaron de estos luctuosos resultados al titular de Gobierno, y anunciaron que plantearan una censura. Ante esto, la coalición APRA-UNO demandó un informe inmediato del Ministro Alva Orlandini sobre estos acontecimientos.

La Cámara de Senadores también planteó que el “Ministro de Gobierno y policía enviara a la Cámara Alta una exhaustiva información sobre los infortunados acontecimientos ocurridos en Juliaca”.

El Poder Ejecutivo también se ocupó de este hecho el día 5, pronunciándose en contra de la medida de fuerza adoptado por el pueblo sanromino. “El Ministro de Educación, José Navarro Grau, responsabilizó ayer (es decir el 5 de noviembre) a los hermanos diputados Róger y Néstor Cáceres Velásquez y al Alcalde de Juliaca Luis Cáceres, de lo disturbios ocurridos en la zona, que fueron el principal tema de discusión en el Consejo de Ministros realizado ayer (5 de Nov.) en Palacio de Gobierno”.


a) Versión del Ministro

Cuatro días después de la masacre al pueblo de Juliaca, el Ministro Javier Alva, a petición de los parlamentarios, concurrió a la Cámara Baja en donde no pudo convencer con su interesado relato. La exposición del Ministro tuvo una duración de más de dos horas y empezó haciendo un recuento cronológico de lo sucedido. He aquí algunos de sus argumentos:

- Expresó que, cuando llegó a Juliaca, intentó por todos los medios hallar solución al conflicto, “Sólo encontré intransigencia”, dijo una y otra vez.
- Reveló que en la asonada se pretendió secuestrar n sólo al Presidente de la Cámara de diputados, sino también a los Ministros de Estado.

- Señaló “que todo parecía demostrar que se había preparado cuidadosamente la violencia” por elementos extremistas venidos de Arequipa, Cusco y Puno.

- Manifestó “que la multitud encabezado por el alcalde Luis Cáceres Velásquez, intentó asaltar la Comandancia, utilizando petardos de dinamita y armas de fuego”; según el Ministro “fue entonces que se decidió apresar al Alcalde y a otros dirigentes”.

- Informó que murieron 3 personas: Santiago Madani, Patricio Quispe y Mariano Pandia.

- Que 26 civiles, 11 guardias civiles, dos del Ejército y dos de la Guardia Republicana fueron heridos.

- Reveló que hay 16 detenidos encabezados por el alcalde Luis Cáceres, los mismos que habían sido puestos a disposición de la III Zona Judicial de Policía de Arequipa.

- Ofreció como pruebas bombas “molotov”, botellas, cascos abollados, botas perforadas y fotografías.

- Justificó la actitud de la policía y el ejército. “La policía actuó valerosamente”, sentenció.


b) Argumentos de los diputados Cáceres

Juliaca, fervorosamente empezó a cuestionar al Ministro a través de Néstor Cáceres y secundado por su hermano Róger.

Néstor hizo una explicación del panorama histórico y social en que vivía el departamento y ubicó la medida dentro de ese contexto, afirmando que aquella rebeldía fue una “expresión de lucha social entre las masas ansiosas de progreso y justicia y el gamonalismo que se aferrada ciegamente a sus privilegios”. Con gran energía sostuvo lo siguiente:

- Calificó la actitud calcetera como un MOVIMIENTO CIVICO y como una expresión multitudinaria, unánime del pueblo de Juliaca.

- Negó la intervención de gente foránea o de infiltrados comunistas.

- Lo que ocurrió los días 4 y 5 fue “una sangrienta represión propia de las dictaduras que la Alianza AP DC censuró” y en donde la población civil fue cruelmente vejada.

- Negó que la población civil haya utilizado dinamitas, bombas “molotov” y armas de fuego. “Ni un solo policía recibió e impacto de una bomba”.

- Sostuvo que la sangre derramada era “la peor censura al Ministro de Gobierno”.

- Puso en duda e hizo quedar en ridículo las pruebas ofrecidas por el Ministro Alva Orlandini, de quien dijo:

“El ministro ha hecho informaciones al aire”. “El señor Ministro de Gobierno ha exhibido una serie de fotografías... yo creo que ni a una vedette se le ha fotografiado tanto como a ese único carro que fue incendiado. (Aplausos). Se le ha tomado, señor Presidente, de atrás, de adelante, por los costados, levantándolo con las ruedas hacia arriba, en buena posición”. “El señor Ministro se ha olvidado mostrarnos fotos de los caídos, de los muertos, de las decenas de heridos, de eso sí se ha olvidado premeditadamente el señor Ministro”

Cuando el reloj del Congreso marcaba las 11.30 p.m., se suspendió la sesión.

Al día siguiente, el 9 de noviembre, continuó el debate, esta vez fue Róger Cáceres el principal protagonista que cuestionó al Ministro y al régimen. Róger, en su encendido discurso de casi cuatro horas responsabilizó al Ministro de los hechos acaecidos en Juliaca y planteó un voto de censura contra él. Con voz estentórea dijo:

- “Que cese ya esta brutal represión. Que se libere a los detenidos!”

- “América y el Mundo conocerán toda la verdad de esta trágica historia de un pueblo noble”.

- Calificó de “argumento barato y gratuito” el ofrecido por Alva sobre infiltración comunista.

- Afirmó que el movimiento de Juliaca fue preparado a la luz del día y no “clandestinamente como caprichosamente dice el Ministro”.

- Señaló que el Alcalde fue “pateado, vejado y maltratado en la forma más miserable”. Juliaca pidió Justicia y el Ministro le dio metralla.

Fueron tan duros los ataques al Ministro que varios diputados de Acción Popular protestaron a grandes voces. Díaz Orihuela culpó a los Cáceres y que Juliaca era víctima de sus engaños, negó que Juliaca esté abandonada y leyó varias obras que Oscar Cáceres realizó por más de 20 millones de soles, reveló que los 29 desaparecidos no estaban muertos sino detenidos en el cuartel y que ya estaban libres.

En el fragor del agrio y prolongado pugilato verbal Acción Popular llegó a anunciar que platearían el desafuero de los hermanos Cáceres. Esta actitud provocó una gran silbatina al mismo tiempo que sirvió de indicador de que los argumentos gobiernistas estaban en crisis.

En la noche del miércoles 10 de noviembre se reanudó la polémica. La coalición APRA UNO, que debía plantear un voto de censura al Ministro se abstuvo de hacerlo, pero abrió las puertas de una renuncia voluntaria. Villanueva rindió homenaje al pueblo de Juliaca por haber caído por protestar. En esa ocasión se presentó un proyecto de ley de amnistía a los detenidos.

Cuando los argumentos del oficialismo estaban agotados surgieron voces de reconocimiento a la actitud de Juliaca, y se hizo entrever que al Ministro se le debía disculpar por aquella inatinada actitud. A las 3 de la madrugada del 11 de noviembre, Javier Alva Orlandini, se mantuvo a la ofensiva y replicó los ataques que había sufrido en los más de 4 días de debate. A los Cáceres llegó a decirles que son unos “cínicos”, “demagogos”, “mentirosos”, “falsos”. No acept´la propuesta de perdón y reiteró que asumía plenamente su responsabilidad y también por la actuación de la Guardia Civil; con tono enérgico aseveró: “¡Ni la Guardia Civil ni el Ministro son Cobardes!”.

En sesión matinal, el día 12 continuó el debate. Luego de un acalorado conato verbal, a la una de la mañana del día 13 de noviembre de 1965 fue aprobado el proyecto de amnistía a los detenidos. El Ministro no llegó a ser censurado.

Así culminó una de las sesiones más prolongadas y apasionantes del Congreso y que tuvo por tema central a la capital de la Provincia de San Román.


JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [X]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, p. 178.

8.9 MIENTRAS TANTO, ¿QUÉ OCURRÍA EN PUNO?

Las autoridades de la ciudad de Puno no alteraron su Programa de festejos y el Ministro de Gobierno y Policía, presidió los principales actos de celebración quien “en ningún momento quiso prestar declaraciones oficiales sobre los disturbios de ayer (4 de Nov.) en Juliaca”.

Los actos centrales de aniversarios se inició a las 9.00 a.m. del 4 de noviembre “con una gigantesca concentración cívica, escolar y militar en la Plaza de Armas... El acto curó tres horas y media”. Cuando finalizaba el desfile aquí se producían los disturbios en Juliaca”.

Los dirigentes de algunos gremios de la ciudad lacustre, con la intención de asentar su posición con respecto a los sucesos de Juliaca, en la misma noche del 4 de noviembre de 1965, realizaron un mitin de apoyo a sus autoridades y al Gobierno de Belaúnde.

Ante la posibilidad de una AMNISTÍA GENERAL para las personas comprometidas en el movimiento del 4, en la ciudad lacustre el día 11 de noviembre se llevó a cabo un Cabildo Abierto. “Después de un amplio y acalorado debate, ene l que intervinieron unos 20 oradores, se arribó a las siguientes conclusiones:

1º.- Rechazar enérgicamente el proyecto sobre amnistía.

2º.- Ratificar una vez más el pedido de desaforar a los diputados Cáceres Velásquez.

3º.- Declararse en Cabildo Abierto permanente hasta que se solucione el problema.

4º.- Decretar una huelga general indefinida, si se concede la libertad al Alcalde de Juliaca y demás detenidos en Arequipa.

Así pues, observamos que las autoridades y dirigentes puneños amenazaron con decretar una huelga general indefinida en todo el departamento si el Gobierno concedía la libertad al Alcalde de Juliaca y demás detenidos. Cuando Luis Cáceres salió en libertad, el pueblo puneño fue instado a acatar un paro de 48 horas; sin embargo este intento fracasó.

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [IX]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, pp. 176-178.

8.8 VERSIÓN OFICIAL DE LA AUTORIDAD POLICIAL

Las autoridades gubernamentales, por intermedio de la Dirección General de la Guardia Civil y Policía, emitió su versión a través de una COMUNICADO OFICIAL, con relación a los sangrientos sucesos que nos ocupa. El documento en mención textualmente dice:

“COMUNICADO DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL Y POLICÍA

1º.- A horas cero del día 4 de noviembre en curso, se inició en la ciudad de Juliaca el Paro general decretado por el Concejo Provincial del San Román. Desde horas antes carios centenares de manifestantes congregándose frente al local del Municipio y fueron arengados por varios oradores, entre ellos el Alcalde Luis Cáceres Velásquez.

2º.- Aprovechándose la oscuridad de la noche, numerosos piquetes de huelguistas interrumpieron diversas vías de comunicaciones, principalmente la carretera de Juliaca a Puno y de Juliaca a Cusco, con enormes piedras y profundas zanjas abiertas en no menos de diez puntos.

3º.- A horas 09.30 los piquetes de huelguistas procedieron a incendiar, volcar y apedrear a numerosos vehículos que transitaban por la carretera Puno-Juliaca, de los cuáles dos son de la Universidad Técnica del Altiplano, dos de la CORPUN. Los conductores de estos vehículos fueron lesionados.

4º.- Otros piquetes de huelguistas obligaron a todos los comerciantes a cerrar sus establecimientos comerciales, que son indispensables para el aprovisionamiento de la población.

5º.- Las estaciones de radio Juliaca y radio Sol de lo Andes, propalaron durante todo el día 4 de noviembre llamados al pueblo para la subversión del orden público, incitando al ataque a las Fuerzas del Orden.

6º.- Las Fuerzas del Orden, cumpliendo instrucciones de la superioridad, se mantuvieron en estado de alerta y procedieron luego a practicar la limpieza del aeropuerto y de las vías de comunicaciones, retirando los obstáculos, teniendo en cuenta que estaba anunciada la llegada del Señor Presidente de la cámara de Diputados a las horas 10.00.

7º.- En el curso de la mañana, en la plaza principal y calles céntricas de Juliaca se reunieron aproximadamente seis mil personas, entre hombres, mujeres y niños, de las cuales la mayor parte eran campesinos en estado de ebriedad.

8º.- Una turba de huelguistas encabezadas por el Alcalde Luis Cáceres Velásquez, atacó a horas 11.30 el local de la Comisaría de la Guardia Civil. Los atacantes eran varios miles, no sólo lanzaron piedras y bombas de fabricación casera contra los custodios del orden público, sino usaron también armas de fuego.

9º.- Después de hacer uso de la persuasión, las Fuerzas Policiales se vieron obligadas a utilizar sus armas, haciendo disparos al aire y utilizando bombas lacrimógenas para dispensar a los atacantes.

10º.- Otra turba de huelguistas, a horas 12.00 atacó el local de la Comandancia de la Guardia Civil, lanzando piedras con ondas y también disparos con armas de fuego, por lo que la Guardia Civil procedió a dispersarlos efectuando disparos al aires. Los huelguistas se ubicaron en el Cerro Colorado, lugar estratégico de donde se domina toda la ciudad y en cuya falda se encuentra la sede de la Comandancia. De este lugar nuevamente los huelguistas lanzaron piedras, por lo que las Fuerzas del Orden salieron del Cuartel y ocuparon el indicado cerro.

11º.- Durante la refriega resultaron heridas las siguientes personas: 27 civiles, 18 guardias civiles, dos de ellos heridos de bala, dos soldados de la Guardia republicana, un Oficial y un soldado del Ejército. En horas de la mañana de hoy, en las inmediaciones de la ciudad de Juliaca, fue encontrado el cadáver de Santiago Madani, cuyo deceso se produjo por causas aún no determinadas, habiéndose dispuesto se practique la autopsia respectiva.

12º.- Mientras dirigían y realizaban ataques a las Fuerzas Armadas, fueron detenidas 12 personas, entre ellos el Alcalde del Concejo Provincial de San Román, Luis Cáceres Velásquez, las que han sido puestas a disposición de la II Zona Judicial de Policía, con sede en Arequipa, como autores del delito de Sedición, ataque a la Fuerza Armada, contra las comunicaciones públicas, contra la tranquilidad pública, contra la libertad individual, contra la vida, el cuerpo y la salud, daños, incendios y otros estragos, etc.

Igualmente fueron detenidas otras 17 personas que participar en los hechos, en poder de los cuales se han encontrado bombas “molotov” y cartuchos de dinamita.

13º.- Se ha comprobado la intervención de conocidos elementos comunistas en los sucesos de Juliaca, aviniéndose identificado a Jorge Monzón Pesantes, Presidente de la Federación Universitaria de Cuzco, Freddy Zúñiga, Alfonso Calatayud Yañez, Andrés Valero Miranda, quienes actuaban en coordinación con el llamado “Comité de Huelga”.

14º.- Los efectivos de la Guardia Civil fueron reforzados con personal de la Policía de Investigaciones y de la Guardia Republicana.

15º.- El Ejército ha prestado su más aplica colaboración para restablecer el orden y la tranquilidad de la ciudad de Juliaca.

16º.- A las 12.00 horas de hoy se restableció la comunicación telefónica.

17º.- Con la detención de los principales agitadores y las atinadas medidas decretadas, se ha restablecido completamente el orden público, reinando total tranquilidad en toda la ciudad. Ni en la noche del jueves4, ni durante todo el día viernes 5, se han registrado incidentes dignos de mención.

Puno, 5 de noviembre de 1965
Dirección General de la GC y Policía”

(Tomado de CORREO de Lima 6-XI-65)

La versión oficial-policial, como puede observarse, tergiversa lo que en realidad ha ocurrido, pero que también, corrobra algunas otras.


JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [VIII]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, pp. 171-175.

8.7 OTRAS ESCENAS PATÉTICAS

Entre los civiles heridos del día 4 se pueden mencionar a los siguientes: Lorenzo Quispe (28), Salomón Romero Vásquez (54), Armando Morales P. (31), Mariano (Mariano Pandia) (40), Antonio Apaza (32), Germán Sánchez (15), Juan Aquilino Zapana (19), Germán Umpiri Umpiri (19), Ricardo Venturo (36), Eduardo Morales, Antonio Panca, Agustín Cayata, Valeriano Jara, Rogelio Coronel, Marcelino Pacori, Leonardo Choque, José Ventura, Francisco Zapana, Ernesto Encalada, Leonidas Choy, Miguel Quispe, Jesús Huaracha, Adolfo Aragón, Alejandro Chambilla, Alejandro Pinto, Manuel Pacori, Antonio Canazas, Ramón Rodríguez, marcial Quispe, Melquíades Chávez, Arturo Rocha, etc.

Militar y policías heridos: Tnte EP. José Yale Morales, Alférez GC Manuel matos, Sgto. Sgdo. GC Pablo Flores, Cabo GC Alcides López Ames, GC Eduardo Samané (21), GC Héctor Castro Cáceres, Víctor Campos, Hugo Delgado, etc.

El día 6 se informaba que hasta ese entonces habían “más de 20 desaparecidos, entre los que se mencionaban a: Raúl Madani Díaz (20), Helonio (Melanio?) Paredes Chura (20), Mario Madani, Oswaldo Sanca, Adrián Madariaga, Adrián Villnueva, Antonio Quispe, Gilberto Laura, Agustín Abarca, Antonio Carrasco, Mario Choque, Cipriano Quispe, Octavio Alarico, pablo Fuentes, Mariano Yucra, Agustín Torres, Anastasio Yanque, Paulino Alejo, Eulogio Apaza, y un joven apellidado Tejada (arequipeño), estudiante de la Escuela Normal”.

La Cruz Roja y Compañía de Bomberos de Juliaca, así como los médicos y enfermeras de los centros de salud, tuvieron ardua labor, pues fueron ellos los que recogieron a los caídos y heridos en aquella lúgubre jornada.

En horas de la noche del fatídico 4 de noviembre de 1965, el Hospital, la Unidad de Salud y la Clínica Americana, se vieron en serios aprietos, pues escasearon las medicinas para atender a los más de 60 heridos que gemían de dolor, incluso muchos de ellos se encontraban al borde de la muerte.

Debido a la gravedad de los lesionados, el Dr. Luis Alberto Ponce, Jefe de la Unidad de Salud de Juliaca, envió un dramático llamado de emergencia al Ministerio de Salud Pública, solicitando con urgencia el envió de antibióticos, plasma y sangre para la intervenciones quirúrgicas, en incluso invocó el envío de un avión para evacuar seis heridos cuyo estado era de extrema gravedad.


b) Los fallecidos

Hasta muy entrado la noche del 4 de noviembre, no se sabía con exactitud el número de muertos, heridos y detenidos. En el marco de la especulación se hablaba de un saldo doloroso de 40 muertos, cientos de heridos y decenas de detenidos. Asimismo, se especulaba que fueron enterrados “veintiocho víctimas detrás del Cuartel de Juliaca” y que otros cadáveres habían sido fondeados en el Lago Titicaca.

En realidad, debido a la gravedad de los heridos, sucumbieron ante la muerte los siguientes mártires:

SANTIAGO MAMANI LÓPEZ: Cuando fue herido mortalmente en el edificio Cáceres, tenía 18 años y era un estudiante del Instituto Nacional Comercio Nº 32. Falleció a las 10.30 de la mañana del 5 de noviembre en el Hospital de Juliaca, como consecuencia de un mortal balazo en el abdomen.

EULOGIO PATRICIO QUISPE QUISPE: Fue un obrero de Construcción Civil. Cuando se inmoló tenía 29 años y era padre de 5 hijos. Murió a consecuencia de un disparo de metralleta que le impactó en la región infraumbilical.

GERMÁN HUMPIRI HUMPIRI: Este joven obrero fue herido en el cuello en las inmediaciones de las líneas del ferrocarril.

MARIANO PANDIA ARCE: Fue otro mártir que luego de una dolorosa agonía tuvo que expirar por Juliaca.


c) Una lúgubre boda

Un hecho que conmocionó a la opinión pública fue el protagonizado por un herido que se encontraba al borde de la muerte, y que como último deseo pidió que se celebre su matrimonio.

Lorenzo Quispe Condori, de 28 años de edad, fue herido mortalmente de tres balazos (uno de ellos le perforó el abdomen). En circunstancias en que se encontraba postrado en una cama del Hospital de Juliaca, ya moribundo contrajo nupcias el día 5 de noviembre “in artículo mortis” con su conviviente, Sabina Ticona de 26 años con quien tenía 3 hijos menores de edad.

Esta boda fue celebrado por el Capellán del Hospital R.P. Alfredo Vela y como padrino se ofreció el Dr. Luis Alberto Ponce.

Agonizante el mártir tomó las manos de la mujer con quien había convivido 9 años.

- “Lorenzo Quispe Condori,... ¿aceptas por esposa a Sabina Ticona?”, preguntó el Capellán.

El moribundo contestó afirmativamente con la cabeza; “hubo el destello de una sonrisa en su rostro grisáceo”, dio la impresión de que había expirado; sin embargo, el día 6 fue evacuado a Lima.

Es la boda más triste que registra la historia calcetera.

d) Surge una bandera

El día 5 las casa, especialmente, “en los barrios Cerro Colorado, Pueblo Nuevo, Villa Hermosa y Rinconada”, amanecieron con las banderas peruanas izadas a media asta y con crespones negros; estas actitudes fueron nuevos signos de protesta que preocuparon a las autoridades de entonces.

Sin embargo, un grupo de auténticos juliaqueños, crearon un interesante método de rebeldía pacífica, pues “algunos vecinos juliaqueños han colocado en las astas de sus domicilios respectivos, una bandera con los colores negro, blanco y negro, reemplazando de esta manera el bicolor nacional” (IV); y lo que es más, el día 6 “Una bandera negra, blanca y negra había sido clavada en la cumbre del cerro Huaynarroque” (); este gesto peculiar de protesta y lucha pacífica viene a ser le primigenio antecedente popular de creación de la bandera juliaqueña.

Asimismo, aquel día muchas mujeres (entre señoras y señoritas) empezaron a circular por las calles con traje negro, en señal de protesta y luto; así se mantendrían estas valientes mujeres hasta que fue puesto en libertad el burgomaestre calcetero. Los jóvenes que llegaron a salir a las calles lo hicieron con bandas negras alrededor del brazo derecho.


e) Romerías y marchas de dolor y silencio

Luego de los funerales de los mártires del 4 de noviembre, debido a la total suspensión de garantías constitucionales y al toque de queda decretado, la población juliaqueña, arriesgando su integridad física y desafiando la decisión gubernamental, realizaron otras singulares formas de protesta, pues las mujeres del pueblo se vistieron de luto y en conjunto circularon por las calles calladamente; una silenciosa marcha de dolor efectuaron el día 7 de noviembre de 1965, todas estaban vestidas de luto, portaban una bandera nacional con crespón negro. Un diario cusqueño, el día lunes 8 de noviembre, al respecto informaba:

“En la mañana de ayer, alrededor de mil 500 mujeres realizaron una marcha de silencio después de haber asistido a la misa de exequias realizada en la iglesia de Juliaca en sufragio de las víctimas del jueves pasado”.

Sin embargo, las ansias de gritar afloraban, pero la presencia muy cercana de la policía y el ejército, impedía cualquier intento de manifestación; y luego de recorrer carias calles y cuadras en forma pacífica, antes de llegar a la Plaza Bolognesi la policía los detuvo; parlamentaron con las damas, y luego de un breve diálogo las mujeres de Juliaca decidieron retornar a la plaza Santa Catalina y allí a marcha de silencio tuvo que disolverse pacíficamente.

Esta misma actitud se repitió el día 11, fecha en que la población herida, recordaba el octavo día del fallecimiento de las primeras víctimas. Aquel día, miles de pobladores, especialmente las valerosas mujeres calceteras, “vestidas de riguroso luto” se concentraron en la Plaza Central, y eso de las “8 de la mañana se celebró una misa en la iglesia de Santa Catalina por el alma de las victimas... El recinto de la iglesia fue estrecha para dar albergue a los miles de fieles que asistieron”...

Luego de la misa, “En compacto grupo desfilaron por las calles y una vez en el camposanto, depositaron ofrendas florales en las tumbas de Eulogio Patricio Quispe y de Santiago Madani López”. “En la manifestación de duelo, las mujeres se desataron en llanto y una de ellas -Regina Hani de Urviola, propietaria de radio Juliaca- sufrió un desmayo, teniendo que ser llevado al Hospital en un camión”. “La romería estuvo encabezado por los familiares de las víctimas”... “Realizada la romería, se efectuó una nueva marcha de silencio. En ciertos momentos se dejaba escuchar gritos pidiendo justicia y libertad del Alcalde Luis Cáceres Velásquez. Los manifestantes no ingresaron a la Plaza Bolognesi, donde se hallaba la policía, a fin de no tener ningún encuentro con ésta”.

El día 7 de diciembre se llevó otra emotiva marcha de silencio en homenaje a los caídos y una romería a sus tumbas.

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [VII]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, pp. 163-171.

8.6 CRÓNICA DEL EPISODIO

a) Día 3: el desaire

En la víspera del Paro cundía la tensión y los medios de comunicación de Lima y la región prestaron mayor atención al suceso que se avecindaba.

En horas de la mañana de aquel día, arribó a Juliaca el Ministro de Gobierno y Policía, Javier Alva Orlandini, acompañado de altos funcionarios gubernamentales.

Una Comisión de vecinos de Juliaca fueron al Aeropuerto para entregarle algunos documentos, exponer sus quejas y esperar respuestas afirmativas. Sin embargo, el Ministro no recibió el petitorio y “dijo no conocer los problemas de esa localidad y que su viaje obedecía concretamente a una invitación que le formularon para inaugurar obras en Puno” e invocó al Alcalde de San Román “para que persuadiera al pueblo, a fin de que no adopten actitudes violentas”; y, a insistencia de la delegación juliaqueña, el Ministro prometió dialogar en horas de la tarde con mayor tranquilidad. Dicho esto, la Comitiva Ministerial abordando los vehículos que les aguardaban se dirigieron a Azángaro, en donde el Ministro fue declarado “Huésped Ilustre” al mismo tiempo que recibió un enérgico discurso de su Alcalde Mauro Paredes.

Ante la ausencia de la delegación oficialista, las autoridades políticas anunciaron que a las 16.00 horas se realizaría una reunión de “Alto Nivel” para evitar la huelga que tiene proyectada el pueblo juliaqueño.

Cuando la Comitiva Ministerial emprendió el retorno de Azángaro, cometieron un gravísimo error que encolerizó a la población de Juliaca; pues en una actitud repudiable, atravesaron la ciudad por un camino inhabitual, faltando así a su promesa de diálogo. Esta conducta del Ministro atizó la ira calcetera, y esa misma noche, se ratificó el Paro general. Así se echaron las bases de un Paro total y con grandes repercusiones.

Las dos emisoras, Radio “Juliaca” y “Sol de los Andes”, fueron los principales voceros del mensaje de protesta. Fue Radio “El Sol de los Andes”, la que con mayor fuerza y contundencia llamaba a la lucha e incitaba a la rebeldía.


b) Día 4: la masacre

El paro se inició a las cero horas del día 4 de noviembre de 1965. “Una carga de dinamita rubricó el comienzo de una explosiva violencia”. Aproximadamente a la 1.00 de la madrugada se realizó una última reunión de coordinación, la misma que concluyó con la intervención de la Sra. Naty Soto, quien arengó a la gente “a luchar hasta el final”.

Juliaca amaneció con el cielo nublado, con las carreteras y el ferrocarril bloqueados y, desde el comienzo la paralización era total.

Los medios de seguridad fueron extremas; la policía y el ejército se apostaron en lugares estratégicos con armas ligeras y pesadas. El periodismo que seguía de cerca este suceso llegó a escribir: “JULIACA, prácticamente está en pie de guerra”.

A eso de las 6.30 de la mañana ocurrió el primer choque entre pobladores y policías, en la Av. Manuel Nuñez Butrón, cerca al hospital general.

Alas 10.45 a.m. era cada vez más creciente la protesta popular. Mientras el grueso de los manifestantes ocupaban las principales calles, otro grupo de huelguistas, sacaban algunas rieles y durmientes del ferrocarril al observarse movimientos de trenes.

Las autoridades de Puno, teniendo pleno conocimiento de que en Juliaca el paro era total, cometieron la imprudencia de enviar vehículos pertenecientes a la UNTA y a la Corpuno; estos carros formaban parte del convoy que iban al encuentro del Presidente de la Cámara de Diputados, Ministros y demás funcionarios del régimen invitados a los festejos de Puno. Los vehículos fueron interceptados por los huelguistas, a eso de la 1.10 p.m. y éstos provocativamente se introdujeron “violentamente entre los numerosos ciudadanos que estaban ubicados en la carretera, casi prácticamente atropellándolos”, pero más pudo la fuerza de los pobladores que impidieron el avance de los vehículos, ante esto, los ocupantes de los carros se mostraron sumamente beligerantes, “En uno de estos vehículos (de la Corpuno) se encontraba el Teniente del Ejército José Yale Morales, que sacó su revólver para amedrentar a la turba”; esa temeraria actitud provocó que alguien lanzara una piedra e hiriera al militar quien de inmediato fue conducido a la Clínica Americana para su tratamiento.

Los huelguistas apedrearon a los vehículos e incluso volcaron e incendiaron dos de ellos. La policía trató de impedir el ataque, sin ningún éxito, pues el ánimo de los huelguistas pudo más y sólo la naturaleza vitó que las demás unidades sufrieran igual suerte; ya que en esos momentos se desató una lluvia torrencial y la gente tuvo que guarecerse.

Aprovechando que el espacio estaba libre “del Cuartel de Juliaca salieron tractores que procedieron a derribar las barricadas” al mismo tiempo que arribaron más efectivos policiales.

Entre las 2 y 3 de la tarde “estalló el polvorín”. Esa actitud de “limpiar” la vía, fue lo que provocó una ira de mayúscula en la población, pues en “ese momento volvió la gente y la policía abrió fuego”, y de esta manera se empezó a reprimir violentamente a la población civil que apresuradamente se dispersó en diversas direcciones.

En esos primeros choques desequilibrados cayeron varios heridos y los arrestados ascendían a no menos de 18, dentro de éstos se encontraba el burgomaestre Luis Cáceres Velásquez, quien a viva fuerza fue introducido en un vehículo conjuntamente con otros “cabecillas”.

Aproximadamente a las 4.20 p.m. la población en pie de lucha, llegó a converger en la Plaza Bolognesi. Así, la Comisaría policial estaba rodeada y era víctima de la enardecida población. La policía no intervino hasta que alguien lanzó una botella con gasolina que impactó en un “Land Rover” de la Guardia Civil que estaba estacionado en la puerta de la Comisaría, al mismo tiempo que otro vehículo policial era apedreado. Ante la gravedad de la situación, los policías abandonaron su recinto y el encuentro con la población civil fue inevitable; los policías salieron con ametralladoras ligeras y metralletas, e inmisericordemente arremetieron contra la muchedumbre que pedía justicia, atención a sus demandas y libertad de su alcalde. Los tiros no fueron al aire. A partir de entonces el panorama fue escalofriante.

Un testigo presencial de aquellos hechos, llegó a describir las escenas de la siguiente manera:

“El ruido de las ráfagas y los disparos de fusil se mezclaban con lo gritos, los insultos, el rebotar de las piedras”. Habían heridos que se retorcían sobre el pavimento y los jardines de la plaza Bolognesi, guardias que avanzaban disparando desde el suelo. “Era de día, pero uno podía sentir la luz brillante de las ametralladoras”.

“las enfermeras llegaron con las ambulancias”. “Las había de blanco, las que venían del Hospital de Juliaca y de la Clínica Americana, junto con los médicos de la Unidad de Salud”, “también las había de verde, las voluntarias de la Cruz Roja, apenas adolescentes... una de ella... con su rostro moreno de muchacha inocente... vi que estaba llorando... la chica se limpió la cara con el revés de una mano y siguió ayudando a los heridos”.

Luego de media hora la Plaza Bolognesi fue tomado por la Policía de Asalto, gracias a la oportuna intervención de los refuerzos provenientes de la Guardia Republicana y el Ejército.

Mas tarde la represión se intensificó pues “la policía ingresó luego a la ciudad lanzando bombas lacrimógenas”.

Las balas y las bombas lacrimógenas reventaban por doquier y la población sólo atinaba a defenderse con su cuerpo y con gritos de protesta. Hombre y mujeres se enfrentaron sin temor a las balas y varas policíacas. La población civil que era dispersada, rápidamente se reagrupaban para frenar la arremetida militar, pero, menos pudo la fuerza desarmada, que sólo atinó a retroceder y defenderse de la masacre en marcha.

En el fragor de este ataque policial, los heridos caían, lo detenidos eran brutalmente golpeados y los últimos baluartes de resistencia eran asaltados sin misericordia. El edificio Cáceres, donde se habían refugiado algunas personas, fue violentamente tomado por el aparato represivo y en su interior la masare continuó, y allí fue mortalmente herido el estudiante cornejino Santiago Madani López.

Radio “El Sol de los Andes” también fue ocupado y silenciado po la fuerza, y sus bravos periodistas-agitadores, a fin de no caer e manos de la represión tuvieron que huir por los techos de las viviendas vecinas.

Los detenidos fueron conducidos a la Comisaría, a donde los grupo de manifestantes concurrieron a exigir su inmediata libertad y de donde fueron violentamente dispersados.

Por fin, la ciudad fue “controlada” en horas de la noche, gracias a la coordinada acción del Ejército, Guardia Civil, Guardia Republicana y la PIP, esto sólo a fuerza de las armas y la violencia. A estas alturas dos camiones del Ejército recorrían la ciudad con altavoces avisando a la población permanecer n sus domicilios. Perifoneaban diciendo: “¡Quédense en sus casas... no salgan a las calles... las Fuerzas Armadas repelerán con toda energía cualquier agresión!”.

¿Quién dirigía las operaciones y daba órdenes e instrucciones para que se arremetiera tan cruelmente aun pueblo que sólo protestaba clamando justicia? El responsable fue sin duda el Ministro Javier Alva Orlandini, quien en el noche del 4 de noviembre despachaba desde la Comandancia de la Guardia Civil, desde ahí daba instrucciones e hizo suspender las garantías constitucionales por 30 días. En cambio, el coronel Manuel Corrales Tello, Director General de la Guardia Civil, fue quien dirigió personalmente las operaciones.

Arrestados el Alcalde, los integrantes del Comité de Huelga y muchos otros dirigentes, la población se reorganizó y logró constituir un COMITÉ CÍVICO presidido por el vecino Mario Traversa. Dicho Comité, alentado por la efervescencia popular, se pronunció por la continuación del paro hasta que todos sus dirigentes salieran en libertad. “Juliaca no se rinde”, sentenció el Comité que había pasado a la clandestinidad.

Juntamente con el alcalde fueron detenidos, y luego remitidos a la Tercer Zona Judicial de Policía (Arequipa), los siguientes vecinos: Víctor Záferson, Jorge Monzón, Fredy Zuñiga, Alfonso Calatayú, Andrés Miranda, Sixto Záferson, Luis Arfinengo, Sergio Dávila, Mauro Catacora, Adrián Huamán, J. Aragón Núñez, Luis Cervantes Ticona y Angel Argonés.


c) Día 5: Juliaca no se rinde

El día 5 Juliaca amaneció en silencio y con las calles y plaza ocupadas por las fuerzas militares. Efectivos de la Guardia de Asalto de Lima y Arequipa, al lado de miembros del Ejército de Juliaca y los “Rangers de la División de Pomata”, patrullaban las calles en carros y con las metralletas en mano.

Ocupaba militarmente, Juliaca seguía empeñada con obstinación en un Paro General que sólo concluiría, según anuncio del Comité de Huelga, cuando los detenidos recobren su libertad y que las tropas armadas se retiren de Juliaca.

El día 5, también el comercio no abrió sus puertas y las oficinas estatales tampoco atendieron.

En la mañana, grupos de personas se reunieron en los alrededores de la ciudad, portando banderas peruanas con crespones negros. A las 12 del día, estas asambleas, fueron disueltos por la policía y el ejército.

Debido a que Radio Juliaca tenía una reorientación política diferente a la de los hermanos Cáceres, esta emisora reinició sus transmisiones sólo para “pasar boletines oficiales” e informaba versiones y acciones efectuadas por las autoridades oficiales.


d) Un rumor alarmante

El día 5 un rumor alarmante circuló por la ciudad, y los medios de información daban amplia cobertura a esta versión, por existir un temor persistente de una insurrección de mayores proporciones.

En la mañana del 5, por todo lado se oía que algunos dirigentes salieron “secretamente” de la ciudad, a pedir ayuda campesina y éstos estaban alistándose para ingresar a la ciudad. Los despachos noticiosos al respecto informaban:

“Se teme que esta madrugada se inicie un choque armado sin precedentes en los anales del departamento de Puno, cuando cientos de campesinos que se hallan en los alrededores de Juliaca, irrumpen la ciudad para tomarla por asalto”. “Se ha informado que las Fuerzas de orden, están aguardando pacientemente la invasión”, y “Han sido colocados estratégicamente armas pesadas, ya que se cree que lo campesinos tengan también esta clase de
armamento”.


e) Alcalde calcetero encarcelado

En plena acción represiva, el burgomaestre calcetero fue arrestado por la policía de asalto y conducido a la ciudad de Puno, sindicándole como el propulsor de esta medida de lucha.

El periodismo capitalino, que seguí de cerca estos sucesos informaba que cuando se los detuvo fue conducido a empellones, y cuando la gente quiso rescatarlo “la policía cargó contra la gente. Al mismo tiempo, Luis Cáceres era duramente vapuleado. Un golpe de vara le dio en el rostro y sus anteojos volaron por el aire, hechos pedazos. Un oficial de alta graduación le dio un puntapié. Fue llevado así, en medio de golpes, hasta un Land Rover de la Guardia Civil”. “El Alcalde de Juliaca, Luis Cáceres Velásquez, fue detenido ayer (4 de Nov.) por orden del Ministro de gobierno que se halla en Puno, fue conducido hoy (5 de Nov.) a Arequipa y puesto a disposición de la Zona Judicial de Policía, junto con otras once personas”.

El día jueves 11 de noviembre, el burgomaestre calcetero, de la Segunda Comisaría “fue trasladado a la Cárcel Central de Varones de Arequipa (Av. Siglo XX) al habérsele encontrado culpable. El Juez Instructor, Comandante Félix Olivares, dcitó orden de detención definitiva”.

Ante la alarmante situación, llegaron también a Juliaca los diputados Róger y Néstor Cáceres. En casi media hora de permanencia en el Aeropuerto, fueron noticiados de lo que ocurría, y luego de dar algunas recomendaciones Róger Cáceres decidió regresar a Arequipa a realizar gestione relacionados con su hermano detenido; en cambio, Néstor Cáceres, haciéndose acompañar por un efectivo de la PIP, decidió quedarse en Juliaca para recoger un informe cierto en el terreno de los sucesos.

Así, observamos que, cuando una autoridad recoge los anhelos y necesidades de su pueblo, sabe que tiene que enfrentarse, no sólo con sus ocasionales oponentes, sino contra el mismo orden jurídico-social imperante. Recoger las reivindicaciones más sentidas de una población, y luchar por ellas consecuentemente, tiene pues un precio muy alto, pero que vale la pena asumirlas con valentía.

f) El desagravio

El día lunes 15 de noviembre de 1965 el pueblo de Juliaca levantó el Paro General, debido a la liberación del Alcalde, de los integrantes del Comité de Paro y de los señores periodistas detenidos. El día 17 se llegó a aprobar el Proyecto de Ley de Amnistía en la Cámara de Diputados. El día 20 don Luis Cáceres Velásquez viajó a Lima, dos días después lo hizo una Comisión Municipal; toda esta comitiva el día 24 logró entrevistarse con el Presidente de la República, a quien expusieron los motivos de la huelga. El Alcalde juliaqueño, por su parte, también logró otra entrevista con el Presidente Fernando Belaúnde el día 3 de diciembre, y al día siguiente el Gobierno restableció las Garantías Constitucionales y el retorno del Estado de Derecho en la Provincia de San Román.

Los primeros días d diciembre se anunciaba en Juliaca la llegada de su Alcalde, e inmediatamente se preparó una apoteósica recepción. El día 5 de diciembre el pueblo calcetero se volcó al Aeropuerto a recibir a su burgomaestre. Fue multitudinario el recibimiento que se le tributó a Luis Cáceres Velásquez, quien vino acompañado de su hermano Róger, del periodista Juan Ramírez Lazo y otros personajes que participaron activamente en estas jornadas de lucha. El encuentro del Alcalde con su pueblo fue grandemente emotivo, hombres y mujeres con lágrimas le dieron el abrazo de bienvenida.

El Alcalde hizo su ingreso triunfal, a la ciudad, en hombros del pueblo y se llevó a cabo una manifestación apoteósica en la Plaza de Armas. El programa de recepción duró más de cuatro horas, desde las 11.30 a.m. hasta las 4.00 p.m. que incluyó una misa. Acto seguido se realizó una concurrida Sesión Solemne en el local del Municipio, y allí fueron declarados hijos predilectos Luis Cáceres, Víctor Záferson, Mario Traversa Rivera, Angel Aragonés, y Natividad Soto; el periodista Juan Ramírez Lazo fue declarado Huésped Ilustre.

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [VI]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, pp. 161-162.

8.5 ACUERDO DEL PARO

Los reclamos persistentes de Juliaca, en octubre de 1965, básicamente se centraba en lo siguiente:

- Ampliación y mejoramiento de los servicios de agua potable, desagüe y electricidad;

- Construcción de un camal, mercado y hospital;

- Pavimentación de la carretera Juliaca-Puno;

- Parque Industrial;

- Mejoramiento del Aeropuerto;

- Canalización y drenaje de los riachuelos que atravesaban la Ciudad;

- Instalación de una Beneficencia Pública;

- Renuncia de los directivos de la Corpuno, etc.

Al ver que las demandas de Juliaca no eran atendidas, los vecinos encabezados por su Alcalde, vieron por conveniente tomar acciones de protesta severas. Por ello en reunión del día 28 de octubre de 1965, las autoridades edilicias, dirigentes de las fuerzas vivas y demás vecinos interesados en el progreso de Juliaca, acordaron realizar un paro general de 24 horas.

Debido a la magnitud de la determinación, las autoridades y dirigentes gremiales, se declararon en sesión permanente y decidieron consultar esta medida al pueblo en un Cabildo Abierto que se realizó el día 29. Allí la decisión unánimemente fue confirmada y se fijó la paralización para el día 4 de noviembre, al mismo tiempo que se formó un COMITÉ DE HUELGA integrado por los vecinos Víctor Zaférson Macedo, Angel Aragonés y Natividad Soto Ruelas.

Los días previos el Comité de Huelga y los moradores, con ahínco organizaron el Paro y por todos los medios se comunicó al país entero la drástica determinación; incluso, el municipio confeccionó un “Manifiesto a la Nación”, en donde se explicaban las razones de la medida adoptada y con ella se enarbolaba oficialmente la bandera del separatismo.

Como estaba muy cerca el día jubilar de la ciudad lacustre, las autoridades de Puno, se alarmaron por la consecuencias que acarrearía la medida, por ello es que hicieron invocaciones para que se suspenda el Paro, pero al no ser oídos optaron por pedir ayuda policial argumentando que el Paro estaba siendo preparado por “elementos comunistas”.

En un esfuerzo por evitar la huelga, el jefe de la Comandancia de Armas, el Tnte. Crnl. Jefe de la 43 Comandancia de la G.C. y el Subprefecto de la provincia de San Román, lograron una reunión entre el Prefecto Departamental, el alcalde de Puno y el Jefe de la 13 Comandancia de la G.C. de Puno, con el Alcalde de Juliaca, los regidores, el Comité de Paro y el periodismo calcetero; esta sesión se llevó a cabo en la localidad de Paucarcolla la tarde del 2 de noviembre. Allí, se logró comprometer al Prefecto Departamental a fin de que propicie una reunión con los señores Ministros de Estado que al día siguiente arribarían a Puno.

El 1 de noviembre, de Lima fueron enviados a Juliaca un centenar de Guardias de Asalto; y, el Prefecto del departamento, en tono firme advirtió que las “autoridades del Gobierno reprimirán severa y drásticamente, los disturbios que pudieron perturbar los festejos del 297 aniversario de la fundación española de Puno”.

AL respecto, el corresponsal de Juliaca del periódico “El Sol” del Cusco, enviaba su reporte en los términos siguientes: “Existe una verdadera tensión política en esta capital de provincia. Cerca de un centenar de policías de asalto procedentes de Lima ya están en esta ciudad para controlar cualquier brote de violencia”.

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [V]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, pp. 158-161.

8.4 AMENAZAS, ACUSACIONES, MITINES Y SESIONES DETERMINANTES

Esta situación de adrede postergación, obligó a tener que levantar la voz de protesta, y es así que el Sr. Víctor Arfinengo, en enero de 1963, a través del Radioperiódico “La Voz de Juliaca”, instó a la población para que inicie una huelga general:

“Es público i notorio que la ciudadanía de Juliaca está cansada i abochornada por el desprecio i la indiferencia de los funcionarios públicos en dar solución a los problemas vitales”.

Este vecino con justificada razón se preguntaba: ¿Debemos segur en pusilánime espera mendigando favores? ¿Enviar comisiones a Lima para que regresen repletos de promesas? ¡¡Ese es el camino errado…!! ¡¡Unamos nuestras fuerzas i en una sola i clamorosa voz exijamos con valentía… como un solo hombre iniciemos una huelga general de protesta!! Este el camino patriótico para conseguir resultados efectivos y rápidos. Debido a que 1963 fue un año electoral, n pudo concretizarse aquel llamado.

Las discordias ya encendidas y ante la permanente marginación, los amantes de esta tierra calcetera, se vieron obligados a tramar una serie de amenazas, a fin de que sus requerimientos sean atendidos.

La amenaza que causó gran impacto fue el anuncio de dividir el Departamento de Puno. En efecto, en el Diario Noticias de Puno, el día 11 de mayo de 1964, se publicó las declaraciones de doña Natividad Soto Ruelas (más conocida como Naty Soto), juliaqueña residente en Arequipa, difundiendo la idea de creación de un nuevo departamento cuya capital sería Juliaca.

Esta noticia causó suma inquietud en la Ciudad Lacustre, en donde se calificó la propuesta como una afrenta a la integridad departamental. Quien encabezó la campaña del supuesto desagravio a Puno, fue su Alcalde Remigio Cabala, quien envió un telegrama al Municipio de San Román pidiéndole que se pronunciara en cabildo abierto sobre este intento de fraccionamiento, a lo cual el Municipio sanromino no le dio la importancia que se le pretendía dar al asunto. Debido a que en Juliaca no se realizó la consulta en Cabildo Abierto, en Puno se hizo creer de que la idea divisionista estaba siendo avalada por las autoridades ediles de Juliaca; e incluso se realizó un mitin en la ciudad de Puno, en donde se acusó a las autoridades municipales y parlamentarios juliaqueños de divisionistas; allí se pronunciaron por la defensa de la integridad del departamento y declararon como DÍA DE LA UNIDAD E INTEGRIDAD DEL DEPARTAMENTO EL 23 DE MAYO DE TODOS LOS AÑOS.

Ante la belicosa actitud de Puno, el Concejo, los barrios y demás entidades representativas de Juliaca, se pronunciaron en defensa de sus legítimos intereses y condenaron a quienes aprovechándose de una opinión libre dada en Arequipa, querían convertirse a defensores de la unidad departamental; incluso se anunció un mitin de respuesta y rechazo a las acusaciones puneñistas para el día 26 de mayo, la misma que no llegó a concretizarse por haberse decretado Duelo Nacional por 7 días, debido a la tragedia acaecida en el Estadio Nacional (Lima) el 25 de mayo de 1964.

El Concejo calcetero, a fines de junio de 1964 envió una Comisión de Concejales a Puno, y en el local de la Prefectura se entrevistaron con su Alcalde y el Prefecto Departamental don Gustavo Salcedo Sánchez. Para mejor ilustración de esta parte del episodio, lecturemos el manifiesto que emitió el Alcalde de San Román el 1º de julio de 1964, que en su parte pertinente dice:

“Los concejales en su mayoría nos constituimos ayer en Puno y logramos en la Prefectura entrevistarnos solamente con el Prefecto y el Alcalde de esa ciudad. Nuestro planteamiento fue tajante y definitivo, perseguíamos la unidad de todos los codepartamentos y no permitíamos la división. Que nos extrañabamos del egoísmo de unos cuantos dirigente puneños encabezados por un Alcalde que pretendía cercenar a Juliaca de una de sus máximas conquistas como era el establecimiento de la Central Mayor de Cooperación Popular, de la que el grupo puneño quiere que no se instale en esta ciudad sinó en Puno. Referente a la Filial de la Universidad, que tampoco permitiríamos que se ofendiera o se pretendiera alguna acción en contra de este importante Centro de Estudios Superiores, ya que en aras de la unidad, invocamos el espíritu de comprensión de las autoridades puneñas para que dejando a un lado egoísmos mezquinos, con ejemplar civismo, permitieran el progreso de esta provincia. El Alcalde de Puno, Remigio Cabala, aceptó que en reunión de Cabildo Abierto del sábado no se ofendería a provincias, ni a instituciones, ni se atacará a la Filial de la Universidad. En cuanto a Cooperación Popular, mostró claramente el egoísmo propio de mentalidad escasa y falto de amplitud de espíritu, su recalcitrante posición de que se instalaran las oficinas en Puno y no en Juliaca; hizo esta declaración pese a la amenaza de que si Puno persiste en pedir el traslado de Cooperación Popular, vendría el rompimiento entre ambas provincias y dándose lugar quizás a la iniciativa oficial separatista, justificado por la negativa y el absurdo egoísmo, repito y repetiré siempre de quienes están labrando la desgracia de la Ciudad del Lago, que además de estar encerrada geográficamente por una cadena de montañas, de encuentra dentro de un círculo de gentes conservadoras (...) que no permiten que surjan nuevas generaciones de hombres de lucha y que egoístamente matan a quien es más que ellos, porque quiere ser siempre los caciques del movimiento de desarrollo a que están llamadas las ciudades”.

De esta manera se creó un clima tenso entre ambos pueblos hermanos. La petulancia puneña les hacía decir que Juliaca era un simple “chupeqato y embarcadero de ganado”, a lo cual el ingenio calcetero supo responder diciendo “Mientras Puno danza, Juliaca avanza”.

El 3 de diciembre del mismo año, ocurrió otro episodio que atizó discordias. Aquel día, con motivo de la discusión del pliego de Educación en el Presupuesto General de la República, el diputado por Puno, Dn Fernando Manrique, se opuso tenazmente para que la Filial de la UNSA tenga una partida económica para su funcionamiento y calificó de “puñalada artera” la actitud de Arequipa al hacer funcionar una filial en Juliaca.

En enero de 1965, la Corpuno acusó al Municipio de San Román de malversación de fondos, pues el préstamo para adoquinar las calles, terminación de la remodelación de la Plaza de Armas y expropiar inmuebles para construir un Centro Cívico, los había utilizado para comprar 60 hectáreas de la Hacienda Taparachi para el Parque Industrial.

La situación de encono alcanzó sus más altos relieves a fines de octubre y los primeros días de noviembre de 1965, siendo su clímax el memorables 4 de noviembre de aquel año. En aquellas fechas ambas ciudades celebraban sus efemérides:

- El 24 de octubre, Juliaca conmemoraba su 39º aniversario de haberse inaugurado como capital de provincia; y

- El 4 de noviembre, Puno recordaba su 297º aniversario de haberse eregido como capital de provincia y que desde entonces habíase iniciado su desarrollo como ciudad.

En la noche del 24 de octubre de 1965, en el salo Municipal de San Román, en sesión solemne por aniversario, en donde se encontraba como invitado especial, el Alcalde de Arequipa Ulrico Neisser, se hizo una evaluación acerca de la situación de Juliaca y se confesó que en esa echa jubilar no se pudo entregar al pueblo obras por indiferencia gubernamental, “ni la Corpuno ha inaugurado obra alguna” se denunció; por ello el Alcalde sanromino, habría tomado una drástica medida que volvió a causar gran preocupación en Puno, pues se dice que ratificó la temible amenaza de que San Román y otras provincias se separarían de Puno.

A su turno, llevado tal vez por la emoción, o por el halago, el Alcalde arequipeño afirmó que “Arequipa los recibiría con los brazos abiertos” y como testimonio de su afecto, en ese mismo momento entregó al Alcalde juliaqueño un pequeño trozo rectangular de sillar mistiano; este gesto fue unánimemente aplaudido por la concurrencia.

De aquella reunión se originaron dos versiones que nuevamente atribularon a las autoridades de Puno:

1º Que San Román se anexaría a Arequipa; y

2º Que San Román se separaría del departamento de Puno para conformar otro con las provincias del norte y esta se llamaría “Collao”.

Ambas posibilidades no eran infundadas, pues había razones de orden político, geográfico e histórico que apoyaban estas versiones.

Si bien es cierto que la anexión a Arequipa era difícil, la otra tesis sí podría efectuarse, pues si observamos el mapa político del Departamento de Puno, el espacio geográfico que ocupa la provincia de San Román, está en un ubicación que sí hace preocupar a la integridad departamental; y, lo que es más, su población históricamente ha demostrado tener un espíritu independentista y que la mayoría de sus pretensiones se han coronado con éxito.

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [IV]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, p. 157.

8.3 JULIACA Y EL CENTRALISMO PUNEÑO

Debido a que en la ciudad de Puno se encontraba el centro administrativo y político del Departamento, los pedidos y reclamos de las necesidades de las demás provincias, tenían que realizarse primero en esa capital; pero, fundamentalmente por razones políticas, Juliaca no era atendido como deseaba, de ahí que la protesta contra los funcionarios públicos de Puno fue unánime.

Los funcionarios de Puno no pudieron esconder sus intenciones de favoritismo hacía la capital departamental y su desdén para con Juliaca; esta práctica chauvinista se manifestó de múltiples maneras, sino, veamos algunos ejemplos que ilustran la controversia e irritación social de 1965:

- Los estudios realizados por los organismos nacionales e internacionales señalaron a Juliaca como el lugar adecuado para ubicar el Parque Industrial. Pero, unos días antes de la fecha que nos ocupa la Corpuno había decidido “estudiar” nuevamente su ubicación con la intención de instalarlo en Puno.

- El Aeropuerto era una de las aspiraciones más importantes de los vecinos de Puno. Se pretendía instalar un Aeropuerto allí donde técnicamente era imposible.

- Se pretendió construir la carretera Puno- Cabanillas, para su posterior asfaltado, cuando ya existía uno que pasaba por Juliaca.

- Existía una abierta oposición a que en Juliaca funcione Cooperación Popular.

- Se pusieron obstáculos para que en Juliaca funcione una Filial de la UNSA de Arequipa.

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [III]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, pp. 155-157.

8.2 CÁCERES - NATURALEZA - GREMIOS

Fueron los hermanos Cáceres los abanderados de ser los exponentes de las aspiraciones políticas de Juliaca, quienes se lanzaron a la arena política preconizando:

- Reforma Agraria
- Jornada laboral de 8 horas
- Voto de los analfabetos
- Alfabetización
- Escuelas
- Descanso dominical
- Corporación para Puno
- Otros.

Cabe indicar que no fueron ellos los únicos que iniciaron la organización de las masas rurales, sino que antes y/o a la par que ellos ya habían líderes abocados en esta tarea, tales como; Melchor Cutida, Dionisio Yucra, Tadeo Salinas, Telésforo Frizancho Viandera, Eustaquio Rodríguez Aweranka, Julio Arce Catacora, Gregorio Larico. Elías Pacho Huanta, etc. todos estos dedicados básicamente a combatir los métodos de explotación practicados en las haciendas del departamento.

Comprendiendo de que les aguardaba un promisorio futuro político, los Cáceres “tuvieron la precaución de vender sus tierras antes de comenzar a hacer campaña por la Reforma Agraria”, consolidaron su poder económico y empezaron a atraer hacia su lado a los líderes antes mencionados, quienes se sumaron a ellos apoyando la aprobación del proyecto de creación de la Corporación de Fomento y de Promoción Social y Económica de Puno -CORPUNO-, que el diputado Cáceres había planteado en su Cámara. La naturaleza misma también parecía estar a favor de las pretensiones políticas de estos hermanos, ya que la situación de calamidad natural rural, conjugado con la cruel realidad del campesinado puneño y las medidas de emergencia adoptadas, propiciaron una coyuntura muy especial, que fue aprovechado para organizar gremialmente a los campesinos para que u situación prosperara. Y, es así que los hermanos Cáceres, al lado de connotados líderes campesinos en 1959 logran organizar el FRENTE SINDICAL CAMPESINO DE PUNO, y hasta abril de 1965 llegaron a formar 1184 sindicaros. Desde Radio “Sol de los Andes” (1962) se mantenía informado a las masas campesinas que empezaban a creer y seguir los planteamientos de éstas personas. Paradójicamente, las luchas campesinas y comuneras de entonces generaron el desarrollo urbano de algunas ciudades y especialmente de Juliaca, porque ellas se ofrecían como apropiados lugares de refugio y salvación para muchos campesinos.

La elección de Róger Cáceres en 1956 a una diputación, marcó el inicio de una serie de triunfos políticos para él y sus hermanos, mientras Róger hacía labor parlamentaria, Néstor se encargó de influir en la población a través de contactos directos con la realidad rural y por medio del INSTITUTO DE PROMOCIÓN SOCIAL Y CULTURAL DEL ALTIPLANO, que él fundara para influir en el área urbana e intervenir directamente en asuntos locales, departamentales y nacionales con el lemas “Nuevos principios para una nueva época”. Esta institución logró tener protagónico rol para promocionar a las aspiraciones de la familia y con la cual se aglutinó a algunos intelectuales y estudiosos de nuestro medio identificados con la problemática local.

En 1963 Néstor Cáceres era el Presidente del Frente Sindical Campesino, Presidente del Comité de Defensa de los Intereses de Juliaca, Presidente del Instituto de Promoción Social y Cultural del Altiplano, candidato a una diputación por el departamento de Puno, etc. era pues, un personaje importante que trabajaba interesadamente en representación de una clase política.

Su fuerza electoral lo ratificaron en junio de 1963, cuando Róger y Néstor Cáceres y Julio Arce Catacora, fueron ungidos por el voto popular para ser diputados. Más tarde, el 15 de diciembre de 1963, Luis Cáceres Velásquez, luego de desestimar la realización del FRENTE DE UNIFICACIÓN SAN ROMAN, consiguió también por votación la alcaldía de la provincia de San Román encabezando la LISTA INDEPENDIENTE DE TRABAJADORES Y CAMPESINOS. Desde entonces la labor de estos hermanos fue floreciente, pues es innegable que llegaron a tener prestigio y ascendencia pos su tesonera labor y, por haber conseguido múltiples beneficios para esta parte del Perú Andino.

JULIACA Y EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1965 [II]

Fuente: APAZA QUISPE, Hugo. Temas históricos de Juliaca. Compendio histórico cultural. Juliaca: Edición del autor, 2001, pp. 154-155.

8.1 VISIÓN PANORÁMICA

a) Contexto departamental

En nuestro departamento, durante el período que nos ocupa, la resistencia de los terratenientes era todavía fuerte; el sistema de feudalidad y servidumbre que reinaba en el campo, chocó con el desarrollo del capitalismo en el altiplano, que por todos los medios buscaba ampliar su mercado interno de consumo. Esta necesidad del desarrollo capitalista, obligó convertir en consumidores a las masas campesinas; es decir que se les organizó e instruyó para buscar y utilizar el dinero para alimentar, no a su familia, sino a los propietarios e intermediarios de negocios.

La burguesía comercial en ascenso, al tener serias contradicciones con el sistema social en decadencia, apoyó e impulsó las luchas campesinas a fin de que se mejore la situación de los comerciantes. La efervescencia de los movimientos campesinos de la mayoría de los departamentos, no había calado en Puno debido a que los dirigentes campesinos carecían de orientación ideológica y sólo atinaban a organizarse para hacer frente a su situación de servidumbre presente. Así, los campesinos se movían en medio de graves confusiones propiciados por grupos de tendencia demo-cristiana, por los partidos políticos en pugna, por las políticas asistencialistas y por la presencia de agentes del Cuerpo de Paz de la Alianza para el Progreso, éstos últimos desde octubre de 1962, realizaban arduas labores en todo el departamento a fin de que las corrientes socialistas no ingresen a Puno.

La etapa que precedió a los sucesos del 65, fue la etapa de las “definiciones políticas en el departamento”. Quienes tenían el control político y administrativo de Puno, eran los representantes del gamonalismo regional centralizados e el Ciudad Lacustre; y, éstos, desde el último lustro de la década del 50 empezaron a sentir el acoso de los representantes de una burguesía comercial que carecían de intereses directos sobre la tierra. Esta situación, paulatina y desapercibidamente, iría acentuándose hasta adquirir relieves de violencia.


b) Contexto local

No es cierto de que la “Perla del Altiplano” emergió como ciudad moderna, progresista y centro de atracción integral, a partir de los sucesos acaecidos el 4 de noviembre de 1965, como muchos equivocadamente así lo sostienen

No olvidemos que Juliaca desde hace muchas décadas, por inevitables leyes históricas y sociales, se había constituido en capital comercial del altiplano, y ya había dado muestras de su adelanto y ventaja con respecto a otros pueblos del departamento; por eso en 1949 se decía que “Juliaca ha acelerado sus pulsaciones en los aspectos de su vida comercial, industrial, ornamental e institucional” y, que en la década del 50 se encontraba en un franco proceso de desarrollo integral. Al respecto el ciudadano Róger Cáceres, en 1951, decía que Juliaca “constituye hoy por hoy el máximo exponente del progreso puneño”; ratificado esta aseveración, el señor Héctor Romero matos, en el mismo año manifestaba que esta ciudad “viene siendo el centro u ombligo comercial del departamento de Puno”; años después, en 1955, el Prof. Mario Fernando Chevarría diría que “Juliaca… renace alrededor del progreso y marcha junto con él hasta llegar a ser lo que es hoy: una de las provincias más progresivas y adelantadas del Sur”.

A partir de 1940 el despegue de avance se acentúa, y por ello desde aquel año hasta 1963, la población se multiplica en casi un 400%, ubicándose así dentro de los núcleos urbanos que más ha crecido en el Sur de la República en aquellas dos décadas, constituyéndose de esta manera en la quinta ciudad en volumen de población de los seis departamentos del Sur.

Juliaca se había constituido en una de las mejore ciudades, gracias al trabajo perseverante de su propios hijos a la labor desplegada por una burguesía comercial que paulatinamente ganaba más y mejores espacios.

Pero este desarrollo traía consigo una serie de problemas, pues las necesidades se multiplicaban y el celo también se acentuaba; a esto se suma la indiferencia gubernamental, ya que Juliaca, como la gran mayoría de los pueblos del “Perú profundo”, estuvo (y está) marginado por los organismo estatales. La ciudad crecía, pero el apoyo estatal era ínfimo, por ello es que ya era tiempo de ascender a otros niveles de lucha, ya era hora de que del dominio económico se pasara al dominio político y con esto a los demás dominios. Alguien tenía que ocupar este vacío y los llamados ya estaban en la palestra.

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