CANDELARIA DE JULIACA
Prof. Esperanza Nájar Vda. de Alemán
Fuente: Los Andes, Año 81 Nº 23081, Ciudad del Lago, Domingo 01 de febrero de 2009, p. 05
En los archivos de la parroquia de Santa Catalina de Juliaca, existen valiosos libros manuscritos de bautizos, matrimonios, defunciones e instituciones católicas de la época colonial, que constituyen fuentes históricas con datos de gran valía.
Uno de estos libros se titula “Libro de oleos (bautizos) del Santuario de Nuestra Señora de la Purificación – Candelaria de Juliaca” lo que evidencia que el actual templo de Santa Catalina fue un Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria. Es una fuente histórica por las valiosas informaciones acerca de la realidad religiosa, cultural, social y económica que se vivía en aquella lejana época.
El libro en mención es un manuscrito, con foro de cuero (pergamino), consta de 462 páginas y aproximadamente 500 partidas desde el año de 1757 hasta 1766, donde se inscribieron bautizos de españoles y nativos. “En el Pueblo y Santuario de Nuestra Señora de la Purificación – Candelaria de Juliaca”. En este sentido desde siglos pasados en este templo existe la milagrosa y bella imagen de la Virgen de la Purificación que fue patrona y titular de esta iglesia.
Además, en el libro de bautizos de 1757 a 1766 está inscrito un valioso e interesante inventario de los bienes de la iglesia de Santa Catalina de Juliaca. [Se realizó en] El año de 1765, cuando Juliaca era una doctrina que pertenecía al Obispado de Cusco. El ilustrísimo Don Manuel Jerónimo de Romaní y Carrillo, Obispo del Cusco, había dispuesto se realice el inventario de los bienes de las normas establecidas con la participación de clérigos y autoridades del Pueblo.
Este documento consta de 29 páginas, donde están anotados los valiosos bienes que poseían y algunas actas relacionadas con este documento escrito a puño y letra, en castellano antiguo. El patrimonio de la iglesia fue estadísticamente anotado con características propias, lo que expresa veracidad y responsabilidad.
El inventario en mención consta de cinco partes o rubros denominados: Plata labrada, ornamentos, cosas de madera, Alhajas de Nuestra Señora de la Purificación e imágenes y santos. En esta ocasión transcribo textualmente el último rubro.
En el altar mayor:
- La señora titular de la Purificación con las alhajas que dará cuenta el mayordomo que fue, y de los que se hará cargo y se halla la Soberana Señora con vestido colorado y brocado y lo mismo en el niño Jesús (…)
Según el inventario de 1765 también existió una réplica de la virgen de la Purificación, este acápite refiere con el siguiente texto:
Nuestra Señora de la Purificación con su alba guarnecida con encaje en el cuello vestida en tapiz blanco con flores carmesíes y verdes con su franja de plata de que se compone la saya y el manto nuevo, el singulo de cinta ancha con su senefa de seda, con su botonera y lo mismo el niño con su alba, todo lo hizo en la imagen de la purificación Don Joseph Oliden siendo cura de esta Santa iglesia (…)
Notamos que, el templo atesoró incalculables valores de oro y plata, en alhajas de Nuestra Señora de la Purificación, en coronas de plata esmaltada de imágenes y santos ornamentos, lienzos, retablos y andas de plata que a través del tiempo lamentablemente han desaparecido. Actualmente, en el templo de Santa Catalina no obstante los siglos transcurridos subsisten la mayor parte de imágenes y santos consignados en el inventario colonial del 25 de febrero de 1765.
Se supone que por ser un Santuario en tiempos coloniales, el dos de febrero de cada año peregrinaban a este Santo Recinto, miles de devotos de pueblos vecinos y lejanos del Altiplano puneño. Los indios de los Ayllus (parcialidades) de Juliaca, fueron fervorosos devotos de la mamita que con gran fe y amor le ofrendaban las primeras papas que producían sus chacras. En la víspera del dos de febrero ingresaban al pueblo con sus enormes cargas de Kapus que depositaban frente al templo para quemarlos e iluminar el ambiente.
Rogamos a la soberana Señora desde su trono bendito irradie paz, amor, protección y bendición a sus hijos que con fe y esperanza la veneramos.
En los archivos de la parroquia de Santa Catalina de Juliaca, existen valiosos libros manuscritos de bautizos, matrimonios, defunciones e instituciones católicas de la época colonial, que constituyen fuentes históricas con datos de gran valía.
Uno de estos libros se titula “Libro de oleos (bautizos) del Santuario de Nuestra Señora de la Purificación – Candelaria de Juliaca” lo que evidencia que el actual templo de Santa Catalina fue un Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria. Es una fuente histórica por las valiosas informaciones acerca de la realidad religiosa, cultural, social y económica que se vivía en aquella lejana época.
El libro en mención es un manuscrito, con foro de cuero (pergamino), consta de 462 páginas y aproximadamente 500 partidas desde el año de 1757 hasta 1766, donde se inscribieron bautizos de españoles y nativos. “En el Pueblo y Santuario de Nuestra Señora de la Purificación – Candelaria de Juliaca”. En este sentido desde siglos pasados en este templo existe la milagrosa y bella imagen de la Virgen de la Purificación que fue patrona y titular de esta iglesia.
Además, en el libro de bautizos de 1757 a 1766 está inscrito un valioso e interesante inventario de los bienes de la iglesia de Santa Catalina de Juliaca. [Se realizó en] El año de 1765, cuando Juliaca era una doctrina que pertenecía al Obispado de Cusco. El ilustrísimo Don Manuel Jerónimo de Romaní y Carrillo, Obispo del Cusco, había dispuesto se realice el inventario de los bienes de las normas establecidas con la participación de clérigos y autoridades del Pueblo.
Este documento consta de 29 páginas, donde están anotados los valiosos bienes que poseían y algunas actas relacionadas con este documento escrito a puño y letra, en castellano antiguo. El patrimonio de la iglesia fue estadísticamente anotado con características propias, lo que expresa veracidad y responsabilidad.
El inventario en mención consta de cinco partes o rubros denominados: Plata labrada, ornamentos, cosas de madera, Alhajas de Nuestra Señora de la Purificación e imágenes y santos. En esta ocasión transcribo textualmente el último rubro.
En el altar mayor:
- La señora titular de la Purificación con las alhajas que dará cuenta el mayordomo que fue, y de los que se hará cargo y se halla la Soberana Señora con vestido colorado y brocado y lo mismo en el niño Jesús (…)
Según el inventario de 1765 también existió una réplica de la virgen de la Purificación, este acápite refiere con el siguiente texto:
Nuestra Señora de la Purificación con su alba guarnecida con encaje en el cuello vestida en tapiz blanco con flores carmesíes y verdes con su franja de plata de que se compone la saya y el manto nuevo, el singulo de cinta ancha con su senefa de seda, con su botonera y lo mismo el niño con su alba, todo lo hizo en la imagen de la purificación Don Joseph Oliden siendo cura de esta Santa iglesia (…)
Notamos que, el templo atesoró incalculables valores de oro y plata, en alhajas de Nuestra Señora de la Purificación, en coronas de plata esmaltada de imágenes y santos ornamentos, lienzos, retablos y andas de plata que a través del tiempo lamentablemente han desaparecido. Actualmente, en el templo de Santa Catalina no obstante los siglos transcurridos subsisten la mayor parte de imágenes y santos consignados en el inventario colonial del 25 de febrero de 1765.
Se supone que por ser un Santuario en tiempos coloniales, el dos de febrero de cada año peregrinaban a este Santo Recinto, miles de devotos de pueblos vecinos y lejanos del Altiplano puneño. Los indios de los Ayllus (parcialidades) de Juliaca, fueron fervorosos devotos de la mamita que con gran fe y amor le ofrendaban las primeras papas que producían sus chacras. En la víspera del dos de febrero ingresaban al pueblo con sus enormes cargas de Kapus que depositaban frente al templo para quemarlos e iluminar el ambiente.
Rogamos a la soberana Señora desde su trono bendito irradie paz, amor, protección y bendición a sus hijos que con fe y esperanza la veneramos.
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