miércoles, 11 de febrero de 2009

LA COMPAÑÌA DE BOMBEROS SAN ROMÀN No 53

Por el Lic. Luis A. Rodríguez Apaza



En: RODRIGUEZ APAZA, Luis A. “Historia de Juliaca y sus personajes”. Segunda parte. Juliaca: UGEL San Romàn, 2008. pág. 116-118.

CIMENTOS PARA SU FUNDACIÒN.-

La Compañía de Bomberos “San Romàn” No 53 nace en esta tierra eminentemente comercial de Juliaca, cimentado en valores humanos de amor al pròjimo y amor al cuerpo bomberil simbolizado en el color rojo de los uniformes; el amor convertido en servicio al comerciante, al industrial, al empresario, al fabricante, a la ama de casa, al estudiante y por ende al pueblo en pleno, mediante el servicio voluntario e incondicional que prestaron, prestan y seguiràn prestando a la humanidad.

Los Objetivos, fines y el juramento cumplido en cada uno de sus miembros, los lleva cumplir y disponer todo esfuerzo y tiempo, arriesgando su integridad cuando la vida de una persona se encuentra en peligro o cuando son requeridos en circunstancias de desgracia, pànico y dolor.

La historia de esta tierra pujante y arrolladora de progreso en todo sentido y orden de cosas, hace que en el decurso de crecimiento de sus jóvenes años se hayan suscitado grandes siniestros especialmente en quioscos sembrados en el primer mercado de abastos (hoy Centro Comercial No 01), casas y tiendas comerciales instaladas en el pueblo viejo (inmediaciones de la Plaza Santa Catalina) y pueblo nuevo (inmediciones de la actual Plaza Bolognesi). Estos hechos y acontecimientos por demàs desgarradores sucedidos en aquellos años sensibilizò a un grupo de ciudadanos jualiaqueños y juliaqueñistas precididos por el entonces ciudadano Juan Arèstegui Belzù quien fundò un 22 de julio del año de 1 959 la Compañìa de Bomberos San Romàn signado con el No 01, la misma que en acto solemne y protocolar fue reconocido por el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perù el 19 de abril de 1 965. Fecha en la que su fundador se le da el cargo de BRIGADIER de la Compañìa de Bomberos del Perù – Juliaca.

Desde esa fecha. El Brigadier CBP Juan Arèstegui Belzù, estuvo al mando de su fundaciòn, como tal logrò muchas adquisiciones en cuanto a bienes se refiere para la unidad bomberil; dentro de las adquisiciones aludidas tenemos: La infraestructura propia cedida y Construida por el entonces Alcalde señor Luis Càceres Velàsquez, la misma que se encuentra ubicada en la esquina de los jirones Manuel Prado con 09 de diciembre. La adquisiciòn de unidades motorizadas y bombas respectivas. Herramientas indispensables. Uniformes entre otros equipos logìsticos.

Después de largos años de cumplimiento del deber, junto a otros ciudadanos, el 28 de setiembre de 1 987 mediante Resoluciòn Jefatural departamental No 007-87 GC.BVP.JDA, es nombrado como Jefe interino Don Mario Arnillas Santiago. Gestión que desdice del actuar de estos ciudadanos.

Sin embargo, como toda institución atravieza por èpocas activas y pasivas, esos años fueron para la Compañìa bonberil de casi completa decidia, motivo por que la institución sufre reveces en su marcha institucional, lo que permitiò a las autoridades y pueblo de Juliaca solicitar la inmediata reorganización. Hecho este que se hace conocer a las autoridades inmediatas superiores.

Las quejas y reclamo no se dejaron esperar, mediante Resoluciòn Jefatural departamental de Arequipa No 006-89 CGBVP 17ma JD. Se dispone nombrar la Comisiòn Reorganizadora conformada por el Cap. Gustavo Velazco Mayorga, Sr. Willy Zegarra Rivera y el Sr. Felipe Carpio Torres, quienes luego de un largo proceso de reorientaciones encaminaron nuevamente a la institución al servicio de la ciudadanìa y por ende de la humanidad.



PRÒXIMOS A CUMPLIR LAS BODAS DE ORO.-

El pròximo 22 de julio del 2009 la Benemèrita Compañìa de Bomberos San Romàn No 01, hoy Compañìa de Bomberos San ROmàn No 53 estarà cumpliendo 50 años de vid institucional, con tal ocasión ya se ha previsto diferentes actividades a desarrollarse para realzar tan importante fecha como el de hacer partìcipe a nuestras autoridades, representantes de los diferentes gremio y sindicatos y fuerzas vivas de la ciudad, comprometièndolos desde ya para fortalecer nuestros equipos logìsticos para el cumplimiento del deber. Sin embargo, la parte central estarà circunscrita a las siguientes actividades:
1.- Izamiento del Pabellón Nacional.
2.- Desfile por el 50 aniversario de fundaciòn (Bodas de Oro) con todo el personal que fueron bomberos desde su fundaciòn y los que actualmente vienen cumpliendo en esta unidad.
3. Romeria al cementerio en homenaje a los bomberos fallecidos.
4.- Ceremonia por el 50 Aniversario y reconocimiento a los miembros bomberiles que continùan apoyando a la Institución.
5.-Fiesta de Gala por las Bodas de Oro de la Unidad Bomberil.


CUADRO DIRECTRIZ Y PERSONAL DE LA COMPAÑÌA DE BOMBEROS SAN ROMÀN:

Primer Jefe: Cap. CBP. Orlando Carpio Quispe.
Segundo Jefe: Sub CBP. Edwin Gonzales Chàvez.
Jefe de Administración: Sub. Tnte. CBP. Albert Mamani Zenteno.
Jefe de Operaciones: Tnte. CBP. Percy Quispe Quispe.
Jefe de Servicios: Sub. Tnte. CBP. Javier Calcina Saravia.
Jefe de Personal: Secc, CBP. Nèstor Humpiri Calsìn.


RELACIÒN DE BOMBEROS DESTACADOS A LA XX COMANDANCIA DEPARTAMENTAL – PUNO:

Comandante del XX – CD Puno: Tnte. Brig. CBP. Felipe Carpio Torres.
Vice-Comandante XX – CD Puno: Tnte. CBP. John Carpio Nùñes.
Jefe de Operaciones: Tnte. CBP. Ricardo Arèstegui Bedoya.
Jefe de Administración: Sub. Tnte. CBP. Javier Calcina Saravia.

(…)



APUNTES HISTÒRICOS SOBRE EL HOSPITAL JULIACA

Por el Dr. Nicolàs Barrientos Quiñònez


En: RODRIGUEZ APAZA, Luis A. “Historia de Juliaca y sus personajes”. Segunda parte. Juliaca: UGEL San Romàn, 2008. pág. 116.


El antiguo Ministerio de Salud Pùblica y Asistencia Social para el distrito de Juliaca, proveìa en forma episòdica de un mèdico sanitario, hasta que a su retorno de España tomò el caso el Dr. Manuel Marìa Nuñez Butròn, cumpliendo las funciones a un inicio en su domicilio, plasmando su actividad con suma eficiencia, situaciòn esta que posteriormente fue reconocida a travès del grupo que estableciera con el nombre de Rijchary, y de la publicaciòn eventual Runa Soncco (en negrita).

En 1 924, en acciòn concertada con la Sociedad de Beneficiencia, el Comitè Distrital de la Cruz Roja peruana y el apoyo de la vecindad, se logrò adquirir un predio de propiedad del vecino italiano Serafino Firpo. El precio pactado se logrò cancelar gracias a un impuesto que en ese entonces existìa y se cobraba.

En el predio adquirido a nombre de la Sociedad de Beneficiencia para el Hospital Juliaca, segùn datos històricos el antiguo Hospital Juliaca, entrò en funcionamiento con una infraestructura precaria en el local cito en la esquina de las calles: Mariano Nuñez con Cabana un 24 de julio de 1 937.

Despuès de muchos años 1 970, por acción y propuesta del cuerpo mèdico, se logrò que se uniera la dependencia ministerial llamada Unidad Provincial de Sanidad, con el Hospital, para conformar el Hospital General denominado “Centro de Salud Nº 32 de Juliaca”, con un contrato de veinte años, ampliàndose la infraestructura y creàndose nuevas plantas mèdicas administrativas y de servicio.

En 1 977, mes de noviembre, dìa 05. El Presidente Francisco Morales Bermudez, retomando de las fiestas jubilares de Puno, luego de constatar a pedido de los trabajadores del Hospital, las instalaciones estrechas y obsoletas y el techo de la cocina que cedìa con el paso real de los años, motivò la promesa presidencial de construir un nuevo Hospital con estructuras e implementaciones modernas.

El 12 de setiembre de 1 978, elegido el terreno de una zona un tanto alta y donadas 04 hectàreas de terreno por el vecino Humberto Alemàn Bernal, la comisiòn del Ministerio de Salud hizo de entrega a la firma Càceres Constructores S.A. ganadora de la licitaciòn. El 19 del mismo mes y año, se delimitò el terreno para iniciar la construcciòn.

El 28 de octubre de 1 978, el mismo Ministro de Salud visitò la obra para verificar el avance y la compra de materiales de construcciòn de acuerdo a las especificaciones de calidad.

El 22 de mayo de 1 982 se convocò a licitaciòn de equipamiento. El 22 de octubre del mismo año, una empresa francesa ganò la licitaciòn.

Con el cambio de gobierno y electo el Arquitecto Fernando Belaùnde Ferry, el 25 de marzo de 1 985 en su calidad de Presidente Constitucional, inagura el Hospital recomendando que los consultorios brinden atención lo màs pronto posible.

El 05 de junio de 1 986 se completa la implementaciòn que incluye los Calderos y ablandadores tanto para el agua, como para la producción de vapor para el funcionamiento de la cocina, lavanderìa y calefacción.

Por entonces, se aceptò el nombre propuesto por el cuerpo mèdico para el Hospital, siendo el de: “Carlos Monge Medrano” como reconocimiento a uno de los pioneros de la medicina de altura en nuestro Perù.

El 26 de octubre de 1 986 se llevò a efecto la reinaguraciòn por el Presidente Alan Garcìa Pèrez y el Ministro de Salud David Tejada Rivero con el proyecto de integrar un Plan Piloto del Ministerio de Salud y el Instituto Peruano de Seguridad Social. Proyecto que no culminò.

El Hospital de Juliaca, junto con los hospitales Marìa Auxiliadora de Lima, Chimbote e Iquitos, Fueron los màs modernos en estructura y equipamiento, contando con unidades de cuidados intensivos el primero en el Sur del Perù. A la fecha desde su funcionamiento en su infraestructura inicial Hospital Antiguo, cumple 71 años de fundaciòn.

En la actualidad, el crecimiento inusitado de la población de Juliaca, ha dado lugar a que la capacidad de atención quede estrecha al acceso de la población actual y no sea el màs eficiente. Por lo que, al parecer se debe declarar en emergencia, debido a que muchos instrumentos del equipo quirùrgico y otros ha quedado obsoleto y en desuso, las autoridades del Ministerio de Salud, deben estar pensando en materializar nuevo instrumental y equipo quirùrgico y otros de acuerdo al avance de la ciencia y tecnología.

Es màs, Juliaca requiere atención urgente de parte del Alcalde de la municipalidad en cuanto a pavimentaciòn perimètrica de los accesos a dicho nosocomio.

JULIACA Y LO ONCE MILLONES DE LOS JESUITAS

Por Ramón Ríos Zurita


Fuente: Ríos Zurita, Ramón. Guia Educativa –Biblioteca Municipal. Juliaca: Municipalidad Provincial de San Román, 1998. pp.3-5

(…)

Los jesuitas desempeñaron un rol importante en el Perú eran eficientes educadores no solo en las aulas sino en el seno mismo de las comunidades campesinas. En Juli, una reducción de jesuitas, se dedicaron a la acción misional, enseñaban artes y oficios y aún los principios de libertad que habría de incomodar a los reyes y virreyes. La orden de la expulsión se cumplió también secretamente en Juli.

El inmenso atropello fue admirablemente organizado; en Lima setecientos hombres fueron sus ejecutores divididos en cuadrilla; a toque de campana en San Pedro se reunió en la capilla a la comunidad, leyéndoseles el decreto de extrañamiento que son asombro y estupor, oyeron los cientos de jesuitas allí reunidos. No debían moverse, se clavaron puertas y custodios, prácticamente estuvieron presos, se les incautó todo el archivo de la orden.

(…)

Menendez Pelayo en su valiosísima “Historia de los Heterodoxos enjuicia acremente esta vil expulsión como un golpe mortífero para la cultura española; un atentado brutal y oscurantista contra el saber y las letras humanas. En otro párrafo afirma: Y quién duda hoy que la expulsión de los Jesuitas, contribuyó a acelerar la pérdida de las colonias americanas.

Volviendo a Juli, el drama fue tal vez más cruel, allanado sus conventos fueron llevados a la plaza principal sin dales tiempo a ordenar sus pertenencias, apenas tuvieron tiempo para colocar sus joyas y tesoros n sus petacas. Caravanas de jesuitas se dirigían a la costa por Mañazo?... o por Juliaca?

La tradición cuenta que llegaron a Juliaca, descansaron algunos días, tiempo suficiente para enterrar su tesoro, porque las penurias que les causaba cargar tan pesado caudal hizo que decidieran ocultarlo en un cerro cercano al poblado que probablemente habría sido el cerro Espinal que debe su nombre al bosque de espinos que plantaron estos monjes para señalar el sitio donde depositaron su preciado tesoro.. y luego muy fatigados, exclamaron: DE JULI… ACA; de donde podría provenir la palabra: JULIACA.

Algunos vecinos notables de Juliaca, nos narran que el tesoro de los Jesuitas no se halla enterrado en el Cerro “Espinal” sino posiblemente en el actual convento de Santa Bárbara que antes de su construcción era un pequeño montículo, otros sostienen que lo hayan podido enterrar en lo que hoy es el Mercado Bárbara; los narrantes señalan estos lugares porque los jesuitas, habríanse puesto de acuerdo en disparar desde la torres del templo de Santa Catalina un arcabus y en el sitio donde cayera la bala se escondería el ambicioso tesoro.


JULIACA A LA ALTURA DEL CIELO

Lisbeth Peves *

Fuente: Quehacer 168. Revista del Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo, Desco. Lima, septiembre – diciembre 2007. pp.114-117

Aun no era clara para mí la diferencia entre ciudad, departamento o provincia. Cómo podría serlo si apenas reconocía en mi mapa tricolor a las famosas Costa, Sierra y Selva. Sin embargo, ya resonaba en mis oídos ―y era parte de mi lacónico vocabulario― la palabra “Juliaca”. Para mí, Juliaca no era ni ciudad, ni departamento, ni provincia, ni pueblo, ni distrito, ni barrio; tan solo era el lugar que acogía unas cuantas veces al año mi Papi Raúl, mi buen abuelo. ¿Para qué? No lo sabía. Pero entonces, esperaba con ansias su retorno: una vuelta cargada de queso, dulces y chompas de alpaca.

Mi abuelo no viajaba a Juliaca por turismo o placer; era, en realidad, la ruta que le permitía vender los instrumentos musicales que aquí, en Lima, permanecían en el taller sin posibles compradores. Es que mi Papi poseía el arte para fabricar trompetas, bajos y trombones, esos instrumentos que en época de Fiestas Patrias se lucían en las marchas escolares y hasta en los desfiles militares.

Pero no siempre el trabajo hacía retumbar las habitaciones del taller. A veces se silenciaban. Era entonces que, tras envolver bien los instrumentos y enviarlos por una agencia, mi abuelo se embarcaba hacia Juliaca, donde los recibía. Lo que seguía era cuestión de perseverancia, afabilidad y pactos.

Años más tarde, cuando dejé de pensar en los viajes a Juliaca de don Raulito Trujillo como dos puntos aislados llamados partida y llegada, escudriñé en aquel tramo que los unía: que hacía mi abuelo en Juliaca, por qué Juliaca, cómo es Juliaca.

Juliaca es la capital de la provincia andina de San Román, ubicada en el departamento de Puno. Fue nombrada como ciudad en 1908, tras ser creada en la administración de Simón Bolívar, el Libertador, hacía 1826. Está situada estratégicamente para fundamentar su principal actividad económica en el comercio, pues es el camino obligado de todo aquel que, por vía terrestre, se dirija hacia Cusco, Arequipa, Lima, Puno y Bolivia. A lo largo de todo el año grandes ferias se realizan en Juliaca a la espera de heterogéneos compradores, y lo son en la medida en que esta ciudad tiene de todo para todos.

Para eso mi abuelo llegaba a sus tierras: para venderles a los comerciantes de esos mercados los instrumentos musicales que luego serían parte de orquestas y bandas que tocaban durante las fiestas patronales. También tenía algunos viejos clientes que exportaban hacia Bolivia y zonas aledañas; eran ellos los que muchas veces ―aun sin estar plenamente convencidos― cedían ante la dulce mirada del buen señor Raúl, que proponía entregar la mercadería y que luego se le fuese pagando a plazos. “Vas a ver que van a salir”, me cuenta mamá que le decía a mi angustiada abuela antes de partir.

Si quiero y añoro a Juliaca sin haberla visitado es porque me acerca el recuerdo de mi abuelo, que, en honor a su trabajo, partió ―y no precisamente a Juliaca― un viernes 28 de julio de 1995, antaño época de intensa labor. Además, ocurrió en una fría mañana, como rememorando su estancia en medio de la meseta altiplánica, resistiendo el tiránico invierno de Juliaca y los fuertes vientos que acarician y golpean (depende) la mayor parte de los meses. No en vano se le denomina “La ciudad de los vientos”.

Escuché decir que también se le llama “Ciudad Calcetera”, debido a que muchos de sus pobladores se entregan a la fabricación de calcetas o calcetines, chompas, ponchos, bufandas, gorros y guantes de lana de alpaca u oveja, imprescindible para mantener el cuerpo caliente. Bueno, aunque para calentarse también es menester probar el chairo, que es un caldo preparado a base de chuño molido, carne de cordero y diversas verduras; un plato que mi abuelo debió probar más de una vez.

En Juliaca recae todo el mercado de la Región Puno, además de contar con casi todos los medios de comunicación. Tiene servicio de trenes y buses, y es reconocida por el Aeropuerto Internacional Inca Manco Cápac, que tiene la pista de aterrizaje más larga de todo Latinoamérica. “¡Cuánto has crecido Juliaca!”, diría hoy mi Papi Raúl, y seguro que ni don Simón Bolívar imaginó el ingenio de los juliaqueños para aprovechar, con piel de acero y ánimo de guerra, sus condiciones geográficas y su espíritu.

Pero hay más en Juliaca: hay fe y tradiciones.

(...)

* Estudiante de periodismo de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la PUCP

martes, 3 de febrero de 2009

Santuario de Nuestra Señora de la Purificación


CANDELARIA DE JULIACA




Prof. Esperanza Nájar Vda. de Alemán



Fuente: Los Andes, Año 81 Nº 23081, Ciudad del Lago, Domingo 01 de febrero de 2009, p. 05

En los archivos de la parroquia de Santa Catalina de Juliaca, existen valiosos libros manuscritos de bautizos, matrimonios, defunciones e instituciones católicas de la época colonial, que constituyen fuentes históricas con datos de gran valía.

Uno de estos libros se titula “Libro de oleos (bautizos) del Santuario de Nuestra Señora de la Purificación – Candelaria de Juliaca” lo que evidencia que el actual templo de Santa Catalina fue un Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria. Es una fuente histórica por las valiosas informaciones acerca de la realidad religiosa, cultural, social y económica que se vivía en aquella lejana época.

El libro en mención es un manuscrito, con foro de cuero (pergamino), consta de 462 páginas y aproximadamente 500 partidas desde el año de 1757 hasta 1766, donde se inscribieron bautizos de españoles y nativos. “En el Pueblo y Santuario de Nuestra Señora de la Purificación – Candelaria de Juliaca”. En este sentido desde siglos pasados en este templo existe la milagrosa y bella imagen de la Virgen de la Purificación que fue patrona y titular de esta iglesia.

Además, en el libro de bautizos de 1757 a 1766 está inscrito un valioso e interesante inventario de los bienes de la iglesia de Santa Catalina de Juliaca. [Se realizó en] El año de 1765, cuando Juliaca era una doctrina que pertenecía al Obispado de Cusco. El ilustrísimo Don Manuel Jerónimo de Romaní y Carrillo, Obispo del Cusco, había dispuesto se realice el inventario de los bienes de las normas establecidas con la participación de clérigos y autoridades del Pueblo.

Este documento consta de 29 páginas, donde están anotados los valiosos bienes que poseían y algunas actas relacionadas con este documento escrito a puño y letra, en castellano antiguo. El patrimonio de la iglesia fue estadísticamente anotado con características propias, lo que expresa veracidad y responsabilidad.

El inventario en mención consta de cinco partes o rubros denominados: Plata labrada, ornamentos, cosas de madera, Alhajas de Nuestra Señora de la Purificación e imágenes y santos. En esta ocasión transcribo textualmente el último rubro.

En el altar mayor:
- La señora titular de la Purificación con las alhajas que dará cuenta el mayordomo que fue, y de los que se hará cargo y se halla la Soberana Señora con vestido colorado y brocado y lo mismo en el niño Jesús (…)


Según el inventario de 1765 también existió una réplica de la virgen de la Purificación, este acápite refiere con el siguiente texto:

Nuestra Señora de la Purificación con su alba guarnecida con encaje en el cuello vestida en tapiz blanco con flores carmesíes y verdes con su franja de plata de que se compone la saya y el manto nuevo, el singulo de cinta ancha con su senefa de seda, con su botonera y lo mismo el niño con su alba, todo lo hizo en la imagen de la purificación Don Joseph Oliden siendo cura de esta Santa iglesia (…)

Notamos que, el templo atesoró incalculables valores de oro y plata, en alhajas de Nuestra Señora de la Purificación, en coronas de plata esmaltada de imágenes y santos ornamentos, lienzos, retablos y andas de plata que a través del tiempo lamentablemente han desaparecido. Actualmente, en el templo de Santa Catalina no obstante los siglos transcurridos subsisten la mayor parte de imágenes y santos consignados en el inventario colonial del 25 de febrero de 1765.

Se supone que por ser un Santuario en tiempos coloniales, el dos de febrero de cada año peregrinaban a este Santo Recinto, miles de devotos de pueblos vecinos y lejanos del Altiplano puneño. Los indios de los Ayllus (parcialidades) de Juliaca, fueron fervorosos devotos de la mamita que con gran fe y amor le ofrendaban las primeras papas que producían sus chacras. En la víspera del dos de febrero ingresaban al pueblo con sus enormes cargas de Kapus que depositaban frente al templo para quemarlos e iluminar el ambiente.

Rogamos a la soberana Señora desde su trono bendito irradie paz, amor, protección y bendición a sus hijos que con fe y esperanza la veneramos.

LA KASHWA DE SAN SEBASTIÁN

por René Calsín Anco
Fuente: CALSIN ANCO, René. Bodas de Diamante de la provincia de San Román. Juliaca: Municipalidad provincial de San Román, 2001, pp.137-142

Entre todas las danzas que se han practicado y se practican en Juliaca, una de las más discutidas y discutibles es, sin duda, la Kashwa de San Sebastián, por ser la más representativa y tradicional. Con esta manifestación artística, conocida por otros como Carnaval de Juliaca o Danza de los Tokoros, se inician las actividades dancísticas en la Ciudad de los Vientos, el 20 de enero, cuando años tras año evocan la KASHWA DE SAN SEBASTIÁN, la Agrupación de Machuaychas de Tokoros y Pinquillos y la Asociación Folklórica de Tokoros y Pinquillos los Chiñipilcos.

¿Qué es la Kashwa?.

(…) En nuestro criterio, la Kashwa es una danza de esencia guerrera y de origen kolla. En sus inicios la ejecutaron varones y mujeres con denuedo y regocijo, a los sones de tokoros, pinquillos, tambores y pututos. Los danzarines con pasos rítmicos, gimnásticos y vigorosos se agrupaban en hileras y, fundamentalmente, en rondas y agarrados de las manos, para cantar y vitorear sus hazañas con hurras de triunfo. Uno de los estribillos triunfales que aún pervive, es el conocido ¡Wipha! Con el correr de los años, esta danza kolla, cuya cuna es Juliaca, ha variado en coreografía, música y vestuario. En la Kashwa, la danza, la música y el canto forman una unidad.
(…)

Evolución de la danza

Los kollas de Juliaca practicaban periódicamente la Kashwa como una de sus expresiones de triunfo. Durante el dominio quechua se insertó el ingrediente agrario y se bailó en el segundo mes del calendario inka, a decir del padre Velasco en el mes del “Uchuy pucuy o colla pucuy (enero) equivale a ‘pequeña madurez’ en que aparecen los primeros vástago o cogollos”65. En la colonia, las diversas fiestas prehispánicas fueron acomodadas al calendario gregoriano, de modo que desde esos años se baila el 20 de enero y se la ha bautizado como Kashwa de San Sebastián. En la república, continuó su ejecución como preámbulo de los carnavales.

En el siglo pasado, al interior de la agrupación juliaqueña que evocaba años tras año la Kashwa, en las inmediaciones del cerro Waynarroque, se fue consolidando la formación de dos grupos, los mismos se tornaban, cada vez más antagónicos, hasta que se produjo un fraccionamiento, en la década del cuarenta. De esa manera, en la cuna del Kashwa, surgieron los machu aychas y los chiñ ipilcos. Desde entonces los machu aychas rememoran la Kashwa en el cerro Waynarroque y los chiñi pilcos en el Jatun Rumi (hoy Convento de los Padre Franciscanos) y, después en el cerro Santa Cruz. En los primeros años que actuaron estos dos grupos de manera independiente, se incrementaron sus desavenencias, llegando en muchas ocasiones a una rivalidad enconada, con saldo de numerosos heridos hasta muertos.

El último periodo de la Kashwa de San Sebastián, se caracteriza por la concordia y la institucionalización, tanto de machu aychas como de los chiñi pilcos.

Vestuario y coreografía

En una Crónica periodística muy ilustrativa, escrita por Manuel Núñez Butrón antes de la aparición de los machu aychas y los chiñi pilcos, en 1937, se dan referencias sobre el vestuario, la música, las canciones, la coreografía y el desarrollo de la fiesta, etc. Por su importancia reproducimos algunos fragmentos: “20 de enero, Fiesta de San Sebastián y San Fabián, ha continuado hasta la fecha para dar comienzo al carnaval y para suplicar a Janajpacha proporcione una buena cosecha en el año que comienza…la pollera amarilla siempre ha dominado en la mayoría de ellas y esto se adapta a la gran cantidad de flores amarilla en nuestros cerros y pampas… la comparsa de músicos, eran los que amenizaban la gran Kaswa, que comenzó a las 10 a.m., para terminar a las 4 p.m., sobre la cumbre del cerro legendario y sobre la explanada de Kaswuaspata… los hombres con el traje de distinción juliaqueña: sombrerito blanco y con barboquejo; traje negro de pantalón recto y botapié, y con chalequito con color nieve…En una de las tonadas oímos que ellas decían Isidorita aisaririhuay y ellos contestaban Huifa Rosasachay…Como el Huayna Roque domina toda la región, pudimos notar que lo mismo hacían en Escure, Esken, Jaran, Rancho y Chilla…todos tomaron sus pinquillos. Las mujeres se quedaron estáticas y era el momento preciso de pasar de la Kaswa al Carnaval. Vino la danza de los toqoros, pinquillos, tambor y bombo. Los hombres formaron dos hileras y las mujeres una sola, se colocaron en el centro. Empieza el baile de oriente a poniente y de sur a norte. Se entrelazan las mujeres y los hombres. Hacen un mar de recovecos y llega un momento que cantan… Paran de bailar, cambian de música, y sigue la mar de figuras… La música guerrera estaba demostrado en la fortaleza del baile en la mujer, quien al dar las vueltas hacían girar sus pollera a manera de una sombrilla”66.

El vestuario elemental, está constituido por: pollera, tres o cuatro enaguas, blusa, pullo, rebozo, sombrero y huichi huichi, para la mujer; y por: sombrero, camisa, chalina y pantalón, para el varón. La distinción de las dos comparsas es por el color de sombreros, chalinas y camisas en los varones.

Sobre la coreografía, la Prof. Esperanza Nájar advierte “cinco figuras de características diferentes con variaciones de melodía” y estas son: la formación del caracol, “isi”, el “kenko”, el “simpanakuy” y el “puito”67.

Concluimos resaltando el papel cumplido en los últimos decenios, por las siguientes entidades: Mensajeros del Altiplano (Cusco, 1964) Centro Cultural Andino (Ilo, 1995), Colegio Franciscano San Román y Colegio Nacional Las Mercedes.

65 VALCARCEL, Luis E. Ob cit.
66 Runa Soncco, Nº 6, 1937.
67 NAJAR DE ALEMÁN, Esperanza. Ensayo monográfico de la provincia de San Román.